Un estudio realizado por los psicólogos de la Universidad de Amsterdam (Holanda) Marte Otten y Kai Jonas publicado en la revista médica especializada Social Neuroscience, determinó que la humillación es la emoción más intensa.

Tras escuchar afirmaciones como que la humillación es una emoción muy intensa o que es la responsable de conflictos en el mundo, los especialistas decidieron recoger evidencia científica al respecto.

Según los autores, con su investigación han proporcionado la primera evidencia empírica neurocognitiva, en torno a que “la humillación es una emoción particularmente intensa”

Para ello, Jonas y Otten realizaron dos experimentos. En el primero le pidieron a un grupo de personas leer historias cortas que mostraban diversas emociones y tuvieron que imaginar cómo se sentirían en los escenarios descritos. Según informó el portal Wired, se comparó cómo se sentían las personas al experimentar: humillación (por ejemplo, en una cita a ciegas, te das cuenta que la persona te vio de lejos y se fue), ira (tu compañero de departamento hace una fiesta y destroza el lugar mientras estás lejos) y felicidad (te enteras de que le gustas a una persona que te encanta).

El segundo estudio comparó la humillación con la ira y la vergüenza (dijiste algunas palabras duras a tu madre y ella lloró).

Durante ambos ejercicios, los investigadores utilizaron EEG (electroencefalografía) para registrar la actividad eléctrica del cerebro de sus participantes y ver el potencial positivo tardío (LPP), una medida del nivel de percepción negativa, además de la desincronización (ERD) en el rango alfa-frecuencia, una medida de la intensidad global de la activación cortical.

Tras analizar los datos, se dieron cuenta que la humillación era la emoción que más activaba el LPP y la ERD, en comparación con las otras emociones. En definitiva, según Otten y Jonas, esto significa que la humillación es más intensa que los otros sentimientos, y consume más recursos mentales.

“Nuestros resultados apoyan la idea de que la humillación es una experiencia particularmente intensa que es probable que tenga consecuencias de largo alcance”, escribieron las expertas en el informe del estudio.

“Esto apoya la idea de que la humillación es una experiencia emocional negativa particularmente intensa y cognitivamente exigente que tiene consecuencias de largo alcance para las personas y grupos por igual”, concluyeron.