Venezuela acusó el miércoles al secretario de Estado, John Kerry, de incentivar las protestas de opositores radicales contra el gobierno de Nicolás Maduro, luego de que el diplomático afirmara que Estados Unidos está preocupado por el “deterioro” de la situación en el país sudamericano.

“Estas reiteradas declaraciones (de Kerry) se prestan para incentivar a los sectores más reaccionarios de la oposición a prolongar acciones violentas al margen de la Constitución”, señaló en un comunicado la Cancillería.

Este miércoles, Kerry afirmó que “Estados Unidos está profundamente preocupado por el deterioro de la situación en Venezuela” y subrayó el “empeoramiento” de sus condiciones sociales y económicas, con la escasez de uno de cada cuatro productos básicos y una inflación anual de casi 60%.

El diplomático consideró que los manifestantes tienen “quejas legítimas” y que la solución a esos problemas sólo puede venir de los venezolanos.

“Sorprende que, con estas declaraciones, el Gobierno estadounidense estaría considerando como formas legítimas de protesta la quema de universidades y camiones de alimentos, así como el vandalismo contra instituciones públicas (…) e incluso el asesinato a ciudadanos inocentes”, criticó la Cancillería.

Las declaraciones de Kerry además “constituyen una insolencia contra la participación de Unasur y de la Santa Sede en el proceso de diálogo” con la oposición, añadió la nota, acusando al diplomático de “interferir” en esa conversaciones con sus afirmaciones.

“¿Qué pretende Estados Unidos, fijarle una línea a la oposición para que se retiren de las mesas de diálogo?”, cuestionó Maduro días atrás.

Las manifestaciones callejeras, que dejan hasta el momento 41 muertos y más de 700 heridos, son contra la inflación, la escasez de productos como papel higiénico o café, y la inseguridad. Mientras, Maduro las ha calificado como un intento de golpe patrocinado por sectores de Estados Unidos y Colombia.

Caracas y Washington carecen de embajadores de sus respectivos países desde 2010, a pesar que Estados Unidos es el principal comprador de crudo venezolano.