Un hecho que causó conmoción en la opinión pública este fin de semana fue el suicidio de un joven de 26 años, quien se lanzó al vacío desde uno de los edificios del Costanera Center. Su deceso se sumaba al de una mujer, quien el miércoles pasado murió tras caer desde el cuarto piso del mall del mismo nombre.

Tras la situación, diversos medios de comunicación informaron la noticia. Sin embargo, los usuarios criticaron una de las emisiones en particular: la que sacó al aire el noticiario de CHV, “Chilevisión Noticias”.

A través de redes sociales, decenas de cibernautas cuestionaron la difusión de una nota en la que se mostraba el video de la caída del joven, lo que fue catalogado por algunos como una “falta de respeto” y “vergüenza”.

Incluso, algunos televidentes manifestaron su malestar más allá de plataformas como Twitter y Facebook, estampando denuncias ante el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) por la información.

De acuerdo a lo señalado por el organismo, hasta el momento se han recibido 69 reclamos contra el noticiero de CHV.

En este contexto, Lyuba Yez, Periodista de la Universidad Católica y docente en temas de ética periodística, se refirió al tema en una columna del sitio web Puro Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, en la que criticó a CHV por “festinar” con el suicidio.

La profesional señaló que “La imagen reiterada de un hombre cayendo el sábado pasado desde el piso 27 del Costanera Center” es muy cuestionable, “porque quiere decir que no hemos aprendido nada de los errores de otros, de los ajustes en las líneas editoriales, de las discusiones en las salas de prensa o de los cuestionamientos del público sobre la falta de empatía de algunos periodistas y el exceso injustificado de duración de los noticieros de los canales de televisión”.

“¿Cuál es el real valor informativo de mostrar las imágenes de aquel hombre que saltó? ¿Lo tiene realmente o todo se reduce a lo impactante que es? Sí, más de alguien podría decir que aquel suicidio puede justificarse desde la conmoción pública, así como debe serlo ver animales destripados, cadáveres de víctimas de guerra, cuerpos desmembrados por ataques terroristas, escenas de abuso sexual, violencia en las calles. Sangre y muerte. Porque es necesaria la imagen, porque así funciona la televisión. Pero quedarnos en ese argumento sería facilista y absurdo”, agregó.

A ello, añadió que “Lo peor, sin duda, es la explotación del sensacionalismo, la descripción del método utilizado y la publicación o transmisión de la imagen cuando se produce el acto suicida. Todo lo que hizo Chilevisión, que informó sobre el hecho, pero sobre todo, lo mostró, como si la muerte de ese hombre fuera un derecho que todos tenemos, como si ese momento fuera algo que las personas necesitamos presenciar”.

“La muerte es un acto privado y que este hombre, como todos, posee una dignidad que, una y otra vez, un canal de televisión pasó a llevar. La dignidad de ese hombre y también la de su familia. Ni hablar del festín de la estupidez que también está presente en las redes sociales al compartir y compartir videos que muestran lo que ocurrió como si fuera ficción o pura entretención. La muerte de un hombre, la invisible confusión y dificultad de quien decide morir y dejar que su cuerpo se estrelle contra el piso ante todas esas injustas cámaras de celulares”, finalizó Lyuba.