El presidente estadounidense Barack Obama llegó este viernes a Corea del Sur, segunda etapa de su gira asiática, en medio de un ambiente tenso por el desafío del Norte que podría realizar una cuarta prueba nuclear coincidiendo con su visita.
Obama viajó en el Air Force One, que aterrizó en Osan, en las afueras de la capital Seúl, procedente de Tokio, donde comenzó su periplo en Oriente.
Este viaje se ve ensombrecido además porque Corea del Sur se ve sacudida por el dolor provocado por el hundimiento de un ferry en el que viajaban centenares de estudiantes de secundaria, que dejó por ahora un saldo de 171 muertos y 131 desaparecidos sobre 476 personas que viajaban en el mismo.
Por otra parte, Corea del Norte parece encontrarse en plenos preparativos para un cuarto ensayo nuclear, según informó un centro de estudios estadounidense especializado en el seguimiento de este país, poco antes que se produjera la llegada del presidente Obama a Seúl.
Imágenes tomadas desde satélites hace dos días atrás muestran un aumento de las actividades en el sitio de Punggye-ri, donde se desarrollan las pruebas nucleares de Pyongyang, las que estarían vinculadas “probablemente a la preparación de una nueva detonación”, según el instituto estadounidense-surcoreano de la universidad Johns Hopkins.
Los analistas están divididos en cuanto a la probabilidad de que esta cuarta prueba tenga lugar simultáneamente a la visita de Obama.
Desde Tokio, precisamente, Obama llamó a China a disuadir a Corea del Norte para que abandone su programa nuclear. Las tentaciones nucleares con el régimen comunista norcoreano generan “la situación más desestabilizante, más peligrosa en toda la región Asia-Pacífico”, según aseguró el presidente de Estados Unidos.