Una dura discusión se ha generado en la esfera social y política tras las indicaciones presentadas por parlamentarios al proyecto para la Ley de identidad de Género, el cual comenzó su proceso de tramitación a principios de este año, y que apunta a la posibilidad de que las personas que se realicen cambios de sexo, también lo hagan con su identidad, entre otros alcances.

Lo anterior encendió las luces de alarma en los senadores Manuel José Ossandón (RN) y Jacqueline Van Rysselberghe (UDI), quienes presentaron medidas proponiendo que quienes se acojan a la ley no puedan contraer matrimonio, amparados en el argumento de que el proyecto no debe afectar a terceros, como el caso de los hijos de estas parejas.

Fue la senadora Van Rysselberghe quien se refirió al tema en CNN Chile, afirmando que si esta ley diera visto bueno al matrimonio de un transgénero, también terminaría convirtiéndose en un validador del matrimonio homosexual, que por ahora ni siquiera se ha discutido en el Congreso.

“Me parece que lo que no se puede hacer es tratar de validar el matrimonio homosexual a través de esta vía jurídica (…) Lo que se está haciendo aquí es dejar que un hombre que tiene sexo biológico de hombre pueda casarse con otro hombre. Eso es matrimonio homosexual”, afirmó.

La parlamentaria también insistió en que el cambio de sexo no convierte a un hombre en mujer o a una mujer en hombre, pues a su juicio se trata de un tema de carácter más psicológico que físico, sugiriendo que esto es homologable a la homosexualidad.

“El cambiarse el sexo con una operación (…) no te transforma en mujer o en hombre. Tu sigues teniendo un ADN que te hace hombre o mujer. Lo que ellos tienen es una disforia de género, que hacen que tengan una patología psiquiátrica que tiene que regularizarse”, afirmó.

Finalmente la senadora UDI enfatizó en que esto cambia los conceptos de familia, porque permite que un hijo pueda tener dos papás o dos mamás y, tras reiterar que el matrimonio está hecho para un hombre y una mujer, afirmó que el casamiento es un contrato, por lo que no cree que esté dentro de los Derechos Humanos.