Según estadísticas del Estudio Colaborativo Latinoamericano de Malformaciones Congénitas (ECLAMC), se estima que en Chile 2,4 de cada mil niños nace con Síndrome de Down (SD); índice mayor a lo reportado en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Esta alteración es ocasionada por la duplicación total o parcial del cromosoma 21, producto de lo cual se generan problemas en el desarrollo y función del organismo, afectando el sistema nervioso -en particular el aspecto cognitivo- y los sistemas cardíaco, motor, y endocrino, entre otros.

Aun cuando pueden lograr desenvolverse en el plano social, afectivo y laboral, lo cierto es que todavía no existen tratamientos que permitan intervenir o reparar algunas fallas instaladas en los distintos sistemas y órganos de estos pacientes. Sin embargo, en nuestro país se está avanzando para comprender este síndrome y proyectar futuras alternativas terapéuticas, más allá del cuidado integral que entregan diversos especialistas. Así lo estima la Dra. Ana María Cárdenas, investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (CINV).

La científica está indagando en los mecanismos celulares que se encuentran alterados en este síndrome, y buscando las proteínas responsables de dichas alteraciones. Tales proteínas podrían constituir blancos terapéuticos en el largo plazo, ayudando a revertir algunos daños en el SD.

“Nuestro objetivo es identificar cuáles son las proteínas que más contribuyen a las alteraciones observadas en el SD. Hemos visto que éstas se encuentran sobreexpresadas en el SD y que al normalizar sus niveles, se revierten algunas de las alteraciones celulares. Para ello, hemos utilizado herramientas moleculares que disminuyen específicamente la expresión de las mismas. Por tanto, nuestra hipótesis es que esta normalización puede constituir un blanco terapéutico útil”, dijo la experta.

Modelo de trabajo

Para estudiar estas alteraciones, los investigadores han utilizado un modelo celular establecido en el laboratorio de los Doctores Raúl y Pablo Caviedes de la U. de Chile, con quienes el CINV ha mantenido una larga colaboración. “Hemos trabajado con líneas celulares obtenidas de distintas regiones del sistema nervioso de un ratón con trisomía 16, un modelo del Síndrome de Down, ya que el cromosoma 16 murino es homólogo al cromosoma 21 humano”, explica la Dra. Cárdenas.

En ese contexto, han observado la sobreexpresión de una proteína precursora de un péptido llamado beta-amiloide, el que a su vez se asocia con la alteración de un neurotransmisor esencial para varias funciones cognitivas, entre ellas la memoria. “Esto se relaciona con la aparición precoz -a partir de la tercera década de vida-, de una demencia tipo enfermedad de Alzheimer en pacientes con SD”, comenta la investigadora. Pero además, encontraron otras proteínas sobreexpresadas que estarían vinculadas a estos trastornos en la memoria, entre ellas la enzima DYRK1A.

Estos estudios han contado con el respaldo y recursos de la fundación francesa Jérôme Lejeune, que apoya la investigación y el tratamiento de enfermedades cromosómicas. También, cuentan con los fondos adjudicados a través de proyectos Fondecyt.

A pesar de estos avances, la investigadora aclara que “no es sencillo diseñar una estrategia terapéutica”. Una de las razones se debe a la existencia de diversas proteínas sobreexpresadas en el Síndrome de Down, así como también a los efectos que esta condición genera en múltiples sistemas del organismo, más allá del cognitivo. Pero además hay aspectos éticos y legales que impiden estudiar tratamientos en pacientes muy jóvenes y niños. De hecho, señala que a la fecha solo existen un par de estudios pilotos en personas jóvenes, junto a otras investigaciones en modelo animal.

Té verde mejora la memoria

Una línea interesante de trabajo que destaca la Dra. Cárdenas se basa en la administración de extracto de té verde, tanto en modelo animal como en pacientes, estrategia que ha permitido “revertir algunas de las alteraciones morfológicas y cognitivas debidas a la sobreexpresión de la enzima DYRK1A”.

Esta aplicación ha mostrado que mejora la memoria y el aprendizaje en animales de experimentación. Pero además hay un estudio piloto en 29 pacientes jóvenes, liderado por la científica española Mara Dierssen, en el cual se evaluaron los efectos de un producto activo del té verde durante tres meses.

“Al final del tratamiento se observó una mejora significativa en varios test cognitivos, que evalúa la memoria episódica o de trabajo, o velocidad psicomotora. Sin embargo, tres meses después de suspender el tratamiento, los pacientes volvieron a sus niveles cognitivos iniciales”, comenta la Dra. Cárdenas.

Síndrome de Down

En todo el mundo 1 de cada 700 niños nacen con esta condición, cuyo nombre fue acuñado por John Langdon Haydon en 1866, al ser la primera persona en describir esta alteración genética.

Las personas con Síndrome de Down se caracterizan por tener rasgos físicos particulares, mayor riesgo de presentar malformaciones congénitas, vulnerabilidad de enfermedades y discapacidad física e intelectual en grado variable, por lo que requieren de prevención, diagnóstico y tratamiento oportuno de las distintas condiciones de salud que les afectan.

Para ello, según se documenta en la Revista Médica de Chile de 2003, los cuidados deben ir desde la etapa prenatal, poniendo especial atención a los aspectos nutricionales, neurodesarrollo, sistema respiratorio, cardíaco y digestivo, entre otros aspectos, que también incluyen el autocuidado y el fomento al desarrollo de las potencialidades de cada individuo.

Ana María Cárdenas, investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la U. de Valparaíso (CINV)

Ana María Cárdenas, investigadora del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la U. de Valparaíso (CINV)