La actividad del fútbol uruguayo está al borde de la suspensión luego que el presidente José Mujica ordenara retirar a la Policía de los dos principales estadios de fútbol del país por una violenta trifulca entre hinchas y fuerzas de seguridad el pasado miércoles.

La medida se produce a menos de tres meses del Mundial de Brasil en el que participará Uruguay, al igual que selecciones de otros países limítrofes del anfitrión, como Argentina, donde la violencia en el fútbol es motivo de preocupación permanente, así como inquieta el traslado de barrabravas organizados a la cita máxima.

“El que calla otorga. Y nos parece que llegó el tiempo de no seguir otorgando, que llegó el tiempo de poner la verdad verdadera por más fea que sea arriba de la mesa y poder enfrentarla porque el fútbol es demasiado importante para el subjetivo del pueblo uruguayo”, dijo el viernes Mujica en su audición radial semanal “Habla el presidente”, al explicar su decisión, anunciada en la noche del jueves.

Mujica ordenó en la noche del jueves retirar a la Policía de los dos principales estadios de fútbol de Montevideo, el Centenario y el Parque Central, utilizados por los “grandes” Peñarol y Nacional, por incidentes ocurridos en el duelo entre Nacional y el argentino Newell’s Old Boys en la noche del miércoles por la Copa Libertadores de América.

La medida adoptada por el presidente fue cuestionada por los clubes del fútbol, mientras la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) se declaró en sesión permanente.

Además, el mandatario indicó que hay que “empezar a reaccionar como sociedad, como país”.

Al finalizar el encuentro por la Copa Libertadores, en el que venció el conjunto argentino 4-2 a Nacional de Montevideo, un grupo de hinchas del local se enfrentó con efectivos policiales provocando destrozos en el mítico estadio Centenario con un saldo de 40 detenidos y decenas de policías e hinchas heridos. También más de 700 butacas fueron arrancadas.

“Acudimos a que la policía nos dé seguridad, pero cuando la policía tiene que reprimir… ¿dónde se ha visto que toda represión de masas sea pura? Es imposible. Terminamos inculpando a trabajadores que están allí como estacas cumpliendo su obligación y esto no tiene fin, nos perdemos en una multitud de acusaciones y futilidades”, opinó el viernes Mujica sobre la polémica que se generó sobre la represión aplicada por la Policía.