Joanne Milne, que nació con la rara enfermedad del Síndrome de Usher, dejó atrás su sordera gracias a unos implantes cocleares.

El nombre de los días de la semana, algo tan simple con eso y que aprendemos cuando somos niños, hizo llorar de emoción a la británica Joanne Milne.

Y es que esas fueron las primeras palabras que la mujer de 39 años escuchó en la vida, ya que nació con la rara enfermedad del Síndrome de Usher, lo que la dejó sorda desde que que llegó a este mundo.

Milne, que se ha dedicado a ayudar a otras personas con la misma enfermedad, fue operada en febrero en el Centro de Implantes de las Midlands, del hospital Queen Elizabeth en Birmingham (centro de Inglaterra). Allí le fue colocado el implante, que no fue activado hasta este lunes para comprobar los resultados.

Tras la intervención, tuvo que esperar cuatro largas semanas para saber si el proceso había sido, o no, un éxito. Y fue a través de un vídeo que se capturó el momento exacto en el que Joanne escucha su propia voz por primera vez. “Es muy, muy extraño. Es absolutamente increíble”, declaró la mujer.

A lo anterior, agregó que estaba en shock con sólo escuchar el ruido que produce un interruptor de la luz al ser pulsado o el agua corriente golpeando un lavamanos. “No puedo dejar de llorar”, indicó.

Según consigna el periódico español El Mundo, la británica tendrá que pasar por un proceso de adaptación a los implantes, ya que el volumen de sonidos se irá aumentando paulatinamente para permitir que el cerebro se ajuste a la información procedente del oído.

http://youtu.be/S7LcNUxcQ8Y