La Tercera sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, en fallo unánime, ordenó realizar nuevas diligencias en el caso del crimen del pequeño Rodrigo Anfruns Papi, ocurrido en junio de 1979.

El tribunal acogió la petición de la defensa de la madre del menor, Paola Papi, que apunta a que el ministro en visita que indaga el caso, Manuel Valderrama, pida informes sobre peritajes ya realizados y que difieren en sus conclusiones.

El Departamento de Medicina Legal de la Universidad de Chile, en el año 2011, analizó todos los antecedentes forenses que habían en el expediente y concluyó que el niño no tenía más de tres días de fallecido y que pudo haber sido víctima de torturas desde la fecha en que desapareció, el 3 de junio de 1979, hasta cuando su cuerpo sin vida fue encontrado 11 días más tarde, en un sitio eriazo al costado de la casa de sus abuelos.

A petición del Consejo de Defensa del Estado se decretó la exhumación de los restos del menor en septiembre de ese año. Ahí, el ministro Valderrama, ordenó informes al Servicio Médico Legal, que no pudieron determinar las causas de la muerte.

La tanatóloga Leonor Moyano concluyó que el niño no tenía más de 24 horas de fallecido hasta su hallazgo. La doctora Laura Börgel planteó una nueva tesis: Anfruns permaneció cinco días agonizando por arsénico, en el mismo lugar donde finalmente fue encontrado.

Paola Papi, en declaraciones a CNN Chile, criticó las conclusiones de la doctora Börgel, argumentando que además realizó peritajes sin el consentimiento del juez, como las pruebas con perros adiestrados para respaldar su idea del por qué en la época no se descubrió el cuerpo de su hijo entre los matorrales.

La mujer además apuntó sus cuestionamientos a la labor del ministro Valderrama, porque supuestamente le dio más crédito al último peritaje de la doctora Börgel.

El abogado de la madre de la víctima, Roberto Celedón, insistió que personal de la Policía de Investigaciones que realizó las indagatorias en la época, sabe la verdad.

El ministro Valderrama no quiso referirse a las críticas, destacó que el caso aún no está cerrado y descartó tener aún una conclusión sobre los hechos.

En la primera investigación que se hizo tras la muerte del pequeño Rodrigo Anfruns, fue detenido Patricio Pincheira Villalobos, quien tenía 16 años y confesó que lo había asfixiado, sin embargo por su edad no cumplió pena.

En el 2004 se reabrió el proceso por un testimonio del ex teniente de carabinero Pablo Rodriguez Márquez, que apuntaba a que el cuerpo del niño fue lanzado desde un auto al sitio eriazo y que habría intervención de ex agentes de la policía del régimen militar.