Una diferencia notable es vivir un sismo en tierra y otra al fondo del mar. Eso lo saben los buzos mariscadores de Iquique.

A propósito de los movimientos telúricos que se han registrado en las últimas semana en la zona norte del país, José Farías y Gustavo Tapia, ambos buzos mariscadores con más de 13 años de experiencia, relataron algo que muy pocos saben.

El pasado sismo de 6.7 grados del domingo 16 de marzo, lo recuerdan claramente, indicando que la percepción que tuvieron fue “como si estuviéramos rodeados de varios camiones descargando ripio y de ahí se siente una presión distinta”.

A su vez -confiesan a La Estrella de Iquique- notan un ruido característico, el que les indica que deben salir de inmediato a la superficie y embarcarse mar adentro.

La lancha comienza a saltar y aunque pongamos el máximo de velocidad al motor, no se mueve“, aseguraron los trabajadores del mar.

Otros relatos de pescadores, es la formación de un remolino en la superficie del mar, el que desaparece tras el evento sísmico.

Cabe recordar que nuestro país es frecuente de estos eventos, ya que formamos parte del denominado Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se genera aproximadamente el 85% de la actividad sísmica mundial.