Los líderes de la Unión Europea acordaron este viernes acelerar la reducción de su dependencia energética, especialmente de Rusia, después de la secesión de la península ucraniana de Crimea y su anexión a la Federación Rusa.

Reducir la dependencia energética fue un “tema clave” de esta cumbre de dos días en Bruselas y los jefes de Estado y de gobierno de la UE “pidieron a la Comisión Europea un plan de acción concreto para el mes de junio”, declaró el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, en la rueda de prensa final.

Van Rompuy advirtió que si los 28 no actuaban ahora, “para 2035 seremos dependientes de las importaciones respecto del 80% del petróleo y del gas”.

Casi una cuarta parte del gas consumido por la Unión Europea proviene actualmente de Rusia, una cifra a la baja con respecto a principios de los años 2000.

“Europa tiene que acelerar esa cadencia para reducir la dependencia”, declaró el presidente del Consejo. “Tenemos que avanzar hacia una unión energética”, 64 años después del nacimiento de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), antecesora de la UE, añadió.

El plan debería incluir medidas como la reducción del consumo, la diversificación de las fuentes, el desarrollo de energías renovables y mejores interconexiones en Europa, y en particular en la península Ibérica, así como con terceros países.

Los mandatarios señalaron que la prioridad era tener este año el marco de un mercado energético interno y desarrollar en 2015 proyectos de interconexión para poner fin, antes de 2030, al aislamiento de algunos Estados miembros en relación al gas y a la electricidad europeos. El problema de estos proyectos es que requieren tiempo y mucha inversión en época de crisis.

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, impulsó en esta cumbre el proyecto de gasoducto Midcat, que unirá el Magreb a Francia pasando por Cataluña, cuya realización fue recientemente aplazada.

“Para el gobierno español lo importante era el compromiso firme de las interconexiones”, indicó Rajoy en una rueda de prensa, en la que explicó que “se acelerará el uso de fondos europeos para financiar infraestructuras”.

“Es imprescindible un mercado más integrado y más interconectado. Las conclusiones (de la cumbre) reflejan los intereses manifestados por España”, añadió.

España, recordó Rajoy, produce más del doble de la energía que consume pero a falta de interconexión no la puede vender a otros países.

Para un puñado de miembros del bloque -Finlandia, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Bulgaria y las repúblicas bálticas- el gigante público ruso -que exporta el 53% de su gas a la UE- es virtualmente el único proveedor.

Los más vulnerables son los países bálticos, Lituania, Letonia y Estonia. Aunque son miembros de la UE desde 2004, su infraestructura de gas natural es una herencia de la era soviética, cuando la región era abastecida en su totalidad por el monopolio estatal, y no tienen ningún gasoducto que los conecte con el resto de la UE.

Estos países temen que una escalada de las sanciones en la pugna que mantienen Rusia y la UE tras la anexión de Crimea les provoque interrupciones del suministro.

El primer ministro británico, David Cameron, dijo por su parte que los países de la UE deben hacer más para desarrollar sus reservas y su capacidad para utilizar el gas de productores extranjeros, incluido Estados Unidos.

“Necesitamos asegurarnos que la UE puede importar gas de esquisto”, agregó Cameron abogando por la inclusión de este punto en la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP), el futuro acuerdo comercial entre la UE y Estados Unidos.