A lo largo de los últimos doce meses, los primeros de su pontificado, Francisco ha enumerado los desafíos que deberá encarar para renovar la Iglesia católica tras la grave crisis de credibilidad en la que estaba sumida.

Muchos de ellos latentes desde hace años, como los casos de corrupción y pedofilia en El Vaticano, y otros que con fuerza han sabido incrustarse en la agenda del Papa, como las exigencias por parte de comunidades homosexuales y divorciados.

Sin embargo, el sello de Francisco ha sido su particular inclinación hacia los pobres, incluso aseverando que deseaba un papado para los más necesitados.

Algunas de sus principales medidas:

1. Reforma de la Curia Romana

Elegido para reformar el gobierno central de la Iglesia, la influyente Curia Romana, desacreditada por las denuncias de abusos de poder, corrupción e intrigas, Francisco nombró un consejo de ocho cardenales de todos los continentes para asesorarlo y creó un ministerio de Economía para coordinar la “gestión financiera y administrativa del Vaticano”.

Los recortes, las economías, la reorganización de la maquinaria administrativa, comienzan a irritar a varios sectores.

2. Pedofilia

El tema de los abusos sexuales a menores cometidos por curas es el más delicado y complejo para la jerarquía de la Iglesia católica. Respetando la línea de su predecesor, Benedicto XVI, Francisco ratificó la orden de “tolerancia cero” de cara al fenómeno.

En octubre destituyó a un obispo irlandés, William Lee, que en 2010 reconoció haber protegido a un sacerdote pedófilo. El papa anunció la creación de una comisión de expertos para la protección de niños.

Pese a ello, las asociaciones de víctimas consideran que no ha hecho lo suficiente y que sigue defendiendo el prestigio de la Iglesia, al negarse a dar cifras oficiales, como fuera exigido por la ONU en febrero en un informe en el que acusa a la milenaria institución de seguir encubriendo la pedofilia de los curas en numerosos países.

3. Divorcio

La negativa de dar la comunión a los católicos divorciados que se vuelven a casar es uno de los conflictos que han alejado a numerosos creyentes de la Iglesia.

El papa ha abierto un enorme debate sobre el tema a todos los niveles y la cuestión figura en el cuestionario enviado a los obispos de todo el mundo sobre la situación de la familia moderna. Dos sínodos sobre el tema, que se celebrarán en octubre del 2014 y en 2015, servirán para elaborar una respuesta ante ese desafío, que marcará el rostro del pontificado.

4. Banco del Vaticano

La reforma de la controvertida gestión del Instituto para las Obras de Religión (IOR), mejor conocido como el banco del Vaticano, es uno de los mayores problemas para el papa argentino, quien prometió tras su elección en marzo poner orden en el banco, instaurando controles más estrictos en esta institución tristemente célebre en Italia por su implicación en varios escándalos de blanqueo.

En diciembre encargó a conocidas firmas privadas internacionales la elaboración de un plan para reorganizar el banco. Las 19.000 cuentas del instituto han sido controladas y algunas cerradas.

No obstante lo anterior, se está esfumando la posibilidad de que se convierta en un banco ético, que ayude sólo a los pobres, como pedían sectores católicos.

5. Papel de la mujer

El papel de las mujeres dentro Iglesia es uno de los debates claves para transformar la entidad. Francisco propuso elaborar una “nueva teología de la mujer” y en varias ocasiones ha dicho que la Virgen es más importante que los apóstoles. “Sufro cuando veo en la Iglesia que el rol de servicio de la mujer se ha convertido en un rol de servidumbre”, lamentó.

6. Opción privilegiada por los pobres

La lucha contra los privilegios, su negativa a emplear autos lujosos, el hecho de llevar sus zapatos de siempre, portar su propio maletín de mano, llamar por teléfono a amigos, conceder entrevistas a la prensa, forman parte de la revolución “pacífica” que el papa defiende y que se basa en dar ejemplo.

El papa que quiere “una Iglesia pobre y para los pobres” está preparando una encíclica sobre los protagonistas de su pontificado, que sacuda las conciencias de los poderosos y de la sociedad globalizada que defiende una sociedad más justa de cara al capitalismo salvaje y la “cultura de descarte”.

7. La compatibilidad de Dios y los homosexuales

El 29 de julio, Francisco I, dijo una de las frases más controversiales que se han dicho por parte de alguien de la Iglesia. “Si una persona es gay, busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?” Esta fue la primera manifestación de no-discriminación por parte de la institución a personas de las comunidades LGBT (Lesbianas, gay, bisexuales y transexuales).

Sin duda desató una polémica entre los creyentes más conservadores y aquellos que están a favor de la inclusión de todas las personas. Sin duda un hito que marcó un antes y un después en el catolicismo. El mismo año el Papa fue nombrado por la revista homosexual The Advocate como la personalidad gay del año, ya que según la publicación estos dichos “se convirtieron en una señal a los católicos y al mundo que el nuevo papa no es como el viejo papa”.

8. Los ateos también serán redimidos por Dios

Todos serán perdonados y liberados por Dios, incluso si no creen en él. El Papa ha sido enfático en declarar que todos recibirán la liberación por parte de Dios. Francisco, durante una de sus misas tradicionales en Roma durante el 2013, declaró “El Señor nos ha redimido a todos con la sangre de Cristo: ¡a todos, no solo a los católicos, sino a todos! ‘¿Padre y a los ateos?’ También a ellos.”.

El Papa, claramente, ha trabajado en la recreación de un catolicismo integrador y no discriminatorio, generando una nueva era. Durante un encuentro con periodistas en marzo, Francisco I, afirmó “como muchos no son creyentes, les bendigo en silencio respetando su conciencia”. Dejando fuera la emisión de juicios en contra de ellos, como lo habrían hecho antiguos Papas.