La administración federal estadounidense anunció el lunes un nuevo aplazamiento para las empresas en la aplicación de un punto clave de la reforma del seguro de salud de Barack Obama, conocida como “Obamacare”.
El Tesoro estadounidense informó que la obligación para las empresas pequeñas -con 50 a 99 empleados- de proporcionar seguro médico en mutualistas a sus empleados (so pena de multa) recién se aplicaría a partir de 2016.
El requerimiento, conocido como “mandato empleador” ya había sido dejado sin efecto por un año a partir del proyecto inicial.
Obama sufrió así un nuevo golpe para su discutida ley de salud, que le ha valido una andanada de ataques políticos y críticas, ya que debió retrasar la entrada en vigor de un componente clave de la misma.
“Mientras que el 96% de los empleadores no están sujetos a la disposición de la responsabilidad del empleador, para aquellos que si lo están, vamos a seguir realizando el proceso de cumplimiento más simple y más fácil de navegar”, dijo el Subsecretario de Política Tributaria del tesoro, Mark Mazur.
Esta decisión es una de varias concesiones de la administración Obama en los últimos meses después del lanzamiento caótico del 1° de octubre y un desastroso estreno del portal de Internet de esta iniciativa.
La reforma, una de las principales promesas que Obama hizo en marzo de 2010, tiene como objetivo convencer a las personas sin cobertura de salud -ahora unos 50 millones en Estados Unidos – a que se acojan al seguro.
Ferozmente opuestos al Obamacare, los republicanos dispararon duro contra esta reforma con la cercanía de las elecciones parlamentarias a finales de 2014 y han puesto de relieve las dificultades relacionadas con su aplicación, tales como el hecho de que algunos asegurados pueden no ser capaces de consultar a su médico habitual.
“La Casa Blanca parece tener una nueva exención de la ley no para un grupo diferente cada mes”, consideró por su parte Mitch McConnell, el principal republicano en el Senado.
“Es hora de ampliar la exención a las familias y los individuos – no sólo a los negocios”, subrayó.
Los republicanos están avivando la controversia sobre la ley de salud como pieza central de su campaña para ganar las elecciones de medio término, con la esperanza de recuperar el Senado.