Un permiso para la caza del rinoceronte negro en Namibia fue subastado en Estados Unidos por 350.000 dólares (más de 185 millones de pesos), suma que debe ser destinada a la preservación de esta especie en extinción.

El Dallas Safari Club, un club de cazadores de Texas (sur) que organizaba la controvertida venta, afirmó que todo el dinero será destinado a Namibia para “las patrullas contra los cazadores furtivos, la protección del hábitat, la investigación y otras medidas cruciales para la protección de la población amenazada de rinocerontes negros”.

Namibia otorga desde 2012 premisos de caza de elefantes y leones, y -a razón de cinco por año- para el rinoceronte negro.

“La ciencia a mostrado que la caza selectiva permite a la población de rinocerontes crecer”, afirmó el club en un comunicado tras la venta. “Eliminar a los viejos machos, que ya no se encuentran en edad reproductiva, que están atados a su territorio, que son agresivos y que muchas veces matan a machos más jóvenes que pueden reproducirse, hembras o incluso crías, aumenta la supervivencia y la reproducción de la manada”.

Según el club, responsables namibios encargados de la protección de la naturaleza acompañarán a los cazadores al parque nacional de Mangeti “para asegurarse que los animales correctos sean cazados”.

La carne será donada a “una comunidad vecina”, destacó el club.

Los rinocerontes negros son considerados una especie en peligro de extinción y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) dice que quedan menos de 5.000 en África.

Antes de la subasta, el director del Dallas Safari Club, Ben Carter, informó haber recibido más de diez correos electrónicos con amenazas de muerte contra su familia y los integrantes del club, amenazas que son tomadas en serio por el FBI.

El viernes, el viceministro de Medio Ambiente de Namibia, Pohamba Shifeta, defendió el programa de caza. “Nunca se redujo el número de rinocerontes, de hecho ha aumentado”, señaló a la AFP.

Con sólo 10 ejemplares cazados desde 2006, Namibia es menos afectado por la caza furtiva de rinocerontes en comparación con su vecino, Sudáfrica, según Traffic, una red de monitoreo del comercio internacional de vida silvestre.

En Sudáfrica, la caza furtiva de rinocerontes ha alcanzado niveles críticos, con cerca de un millar de animales muertos en 2012.