Una bomba estalló el jueves cerca de un autobús en El Cairo, hiriendo a cinco personas, y otra fue desactivada, un día después de que el gobierno declarara “organización terrorista” a los Hermanos Musulmanes.

Es el primer atentado que afecta únicamente a civiles desde que los militares derrocaron en julio al presidente islamista Mohamed Mursi, procedente de la cofradía de los Hermanos Musulmanes. Pero es posible que la bomba haya estallado antes de tiempo.

Desde el derrocamiento y detención de Mursi, Egipto entró en una espiral de violencia. Las autoridades reprimen a fuego y sangre a los islamistas y algunos de éstos, los más radicales, cometen ataques que ya mataron a más de un centenar de policías y soldados.

Los vidrios del autobús estallaron en pedazos por una bomba colocada al borde de la carretera en El Cairo que hirió levemente a cinco personas, según responsables de los servicios de seguridad y de salud.

Un general de la policía, Mohamed Gamal, mostró una segunda bomba de fabricación casera, desactivada. Explicó que había sido colocada en un panel publicitario cercano y debía estallar cuando llegasen las fuerzas de seguridad al lugar, tras la primera explosión.

“Iba a ser detonada a distancia”, precisó a la AFP el portavoz del ministerio del Interior Hany Abdel Latif, convencido de que el ataque intenta “aterrorizar a la gente antes del referéndum” constitucional previsto el 14 y 15 de enero.

El martes de madrugada, un kamikaze lanzó un coche contra el cuartel general de la policía en Mansura, a un centenar de kilómetros de El Cairo, matando a 15 personas, entre ellas 14 policías.

Un movimiento yihadista asentado en el Sinaí y afín a Al Qaida reivindicó el ataque, que fue condenado “duramente” por los Hermanos Musulmanes.

Pero aún así, los habitantes arremetieron contra la cofradía, dando rienda suelta a su ira, incluso este jueves. Fadia, de 40 años, arengaba a la muchedumbre en el lugar del atentado, calificando de “perros” a los Hermanos Musulmanes.

Al día siguiente del atentado de Mansura, el gobierno acusó al movimiento islamista creado en 1928 en Egipto de estar detrás del atentado y lo declaró “organización terrorista”.

Como consecuencia de ello, cientos de miles de miembros de la cofradía podrían quedar sometidos a una ley antiterrorista promulgada en 1992.

Manifestaciones y periódico prohibidos

Tampoco podrán participar en manifestaciones, so pena de cinco años de cárcel. Esto es significativo dado que los Hermanos Musulmanes participan a diario en marchas para pedir la vuelta al poder de Mursi. Uno de sus dirigentes les pidió el miércoles que continúen con la movilización.

Además, el diario de la cofradía, “Libertad y Justicia” pasa a ser definitivamente ilegal, al igual que el partido del mismo nombre, que ganó todas las elecciones organizadas desde 2011, año en que una revuelta acabó con tres décadas de presidencia de Hosni Mubarak, que marginó a los Hermanos Musulmanes.

Cualquier persona en posesión de publicaciones o grabaciones de la cofradía puede ser condenada a hasta cinco años de cárcel.

En septiembre, en el mismo barrio de Nasr City, un suicida hizo estallar su coche al paso del convoy del ministro del Interior, que salió ileso del ataque.

Ansar Beit al Maqdes, el movimiento yihadista que reivindicó el atentado de Mansura, también afirmó ser el autor del intento de asesinato del ministro.

Este grupo, compuesto sobre todo por beduinos del Sinaí egipcio, critica la entrada de los Hermanos Musulmanes en la arena política y aboga por la acción armada.

Las autoridades suelen acusar a los Hermanos Musulmanes de ayudar y de financiar los atentados contra las fuerzas de seguridad, pero sin aportar pruebas sobre el presunto vínculo entre los combatientes yihadistas y la cofradía, defensora de un islam político más moderado.

Para derrocar a Mursi, los militares se apoyaron en manifestaciones de millones de personas que acusaban al presidente islamista de mala gestión y de querer acaparar el poder para la cofradía.

Los militares prometieron una “transición democrática” que debe comenzar con el referéndum constitucional y terminar con elecciones legislativas y presidenciales en 2014.