Enrique Vial Briceño, Consejero de Monumentos Nacionales, contesta en esta columna a Ezio Mosciatti (ambos integrantes del Comité de Patrimonio del Colegio de Arquitectos) por el texto “Ciudadanos y organizaciones pierden confianza en el Consejo de Monumentos Nacionales” publicado en esta misma sección.

Texto de Enrique Vial Briceño

Como representante del Colegio de Arquitectos de Chile en el Consejo de Monumentos Nacionales quiero expresar que no comparto los conceptos vertidos por Ezio Mosciatti el jueves pasado en el blog de biobiochile.cl respecto a la gestión del actual Secretario Ejecutivo de este organismo, el arquitecto Sr. Emilio De la Cerda. Menos, el tono en que se han formulado.

En lo medular, no veo relación de causalidad entre tener un “perfil académico” y alejar a las comunidades del quehacer del Consejo. Si por perfil académico se entiende ser versado en principios, historia y actualidad de la arquitectura nacional y mundial y en los criterios vigentes para el tratamiento y protección del patrimonio construido, es un verdadero lujo poder contar con un Secretario Ejecutivo que los domina tan ampliamente.

Ello, como he sido testigo, más que afectar su trabajo en el Consejo, lo enriquece y prestigia. Y si algunas comunidades, como parece ser, están hoy algo desafectadas, sospecho es más a causa de una falta de afinidad política de sus dirigentes con el actual gobierno que producto de un perfil académico del Secretario Ejecutivo.

En cuanto a la lentitud de las declaratorias que se enrostra a la gestión de De la Cerda puedo asegurar que ello es básicamente consecuencia de una sobrecarga de trabajo a la que está sometido el personal del Consejo, situación que ha hecho crisis entre otras cosas por la desproporcionada cantidad y magnitud de Zonas Típicas que su antecesor generó y fomentó. El actual Secretario Ejecutivo ha hecho un esfuerzo formidable por equilibrar ambos aspectos: protección patrimonial y real capacidad de la institución para ejercer la tuición sobre el mismo que la ley le exige.

Precisamente, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, con apoyo del Secretario Ejecutivo del Consejo, está buscando remediar lo anterior mediante una descentralización de la institución, diseñando un proyecto de modificación de la ley que la rige (Ley 17.288). Dentro de los breves tiempos políticos y empates parlamentarios que hoy por hoy caracterizan nuestra democracia, no sabemos si esto cristalizará dentro de la presente administración política y período legislativo. Pero el esfuerzo se reconoce, y si bien con menos de la regularidad deseable, los Consejeros sí hemos conocido de esta propuesta de reforma y también hemos podido opinar sobre ella.

Por último, quiero expresar que las carencias de recursos humanos para llevar a cabo las crecientes responsabilidades del Consejo son una manifestación más de lo mal empleador que es el Estado de Chile, el que obliga recurrentemente a acudir a formas rebuscadas de contratación de servicios profesionales. En el Consejo ello deriva en altas tasas de rotación de personal calificado y una lamentable desarticulación permanente de los equipos allí formados. Claramente, este factor de ineficiencia supera las capacidades de acción de cualquier Secretario Ejecutivo.

Enrique Vial Briceño
Consejero de Monumentos Nacionales