El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, dijo el viernes que en su primer año de gobierno hubo “mejores resultados” en materia de seguridad con una disminución de homicidios y robos, aunque admitió que los secuestros aumentaron.

Peña Nieto destacó que alcanzar mayores niveles de seguridad sigue siendo “un desafío y un reto prioritario para el país”, y dijo que su gobierno presentará una estrategia para combatir el incremento de los secuestros.

El mandatario aseguró que desde que asumió el poder en diciembre de 2012 y hasta noviembre pasado los homicidios disminuyeron un 15% con respecto al mismo periodo de 2012 y los robos lo hicieron alrededor del 5%, aunque no dio cifras absolutas.

Las últimas cifras oficiales registraron 15.350 asesinatos entre enero y octubre de este año, contra 21.700 en todo 2012, aunque el gobierno actual ya no especifica cuántos de esos crímenes están relacionados con el crimen organizado.

Durante el 35 Consejo Nacional de Seguridad Pública en el Palacio Nacional, el mandatario negó que el Ejecutivo tenga “actitudes triunfalistas y menos de bajar la guardia” y reconoció que hay “temas sensibles” como el aumento de los secuestros que precisan ser atendidos “de manera inmediata y con eficacia”.

“Por eso quiero instruir al titular de la secretaría de Gobernación (Interior) para que en el mes de enero presentemos una estrategia específica que nos permita hacerle frente, contener y disminuir los índices del secuestro que, lamentablemente, han tenido una tendencia al alza en los últimos meses”, dijo el gobernante sin ofrecer datos.

De acuerdo con cifras oficiales, el secuestro en México ha ido incrementando desde 2010, cuando se presentaron 1.236 denuncias por ese delito frente a 1.250 reportadas sólo entre enero y septiembre de 2013.

Sin embargo, autoridades y expertos advierten que la mayoría de los casos de secuestro no se denuncian. Una encuesta oficial reciente estimó que en México, con 118 millones de habitantes, se cometieron el año pasado más de 105.000 secuestros.

Al ser investido como presidente, Peña Nieto se comprometió a lograr un país “en paz” después del convulso mandato de su predecesor, Felipe Calderón (2006-2012), durante el cual se cometieron más de 70.000 asesinatos vinculados al crimen organizado en el marco de su combate militar a los cárteles.