En un mundo obsesionado con la imagen corporal, donde se imponen modelos de belleza en las revistas y medios de comunicación, es realmente difícil amar nuestro cuerpo tal y como es.

Y más difícil aún es que los niños y adolescentes, que son más susceptibles a las influencias externas, acepten y quieran su anatomía. Entonces, ¿cómo pueden los padres enseñar a sus hijos esto?

Basándose en su propia experiencia, la bloguera Brittany Gibbons presentó una interesante reflexión al respecto. Conócela a continuación.

¿Cómo le enseño a mi hija a amar su cuerpo?

Buena pregunta. No lo sé y en realidad es un poco aterrador. No recuerdo que me haya gustado mi cuerpo antes de cumplir 29. Fallé en hacerlo durante la escuela primaria, me arruiné en la educación media y fui un absoluto desastre en la educación superior. Ahora no puedo sentarme aquí y pretender que tengo la más mínima idea sobre cómo hacer que una persona joven pueda navegar el mundo de redes sociales en que vivimos, sin ser constantemente empujada hacia el abismo… hasta caer en él.

Algunas veces cuando Gigi está durmiendo, miro sus mejillas rosadas o sus rodillas lustrosas y pienso… yo hice eso con mi cuerpo. Cada parte de ella. Soy como una hechicera. Me devastaría si ella odiara la más pequeña parte de su ser.

Entonces, ¿qué podría hacer para ayudarla a amar su cuerpo fuera de romper televisores, sacarla de la escuela y entonces esperar a que esté durmiendo antes de irme a encerrar al baño a llorar mientras respiro lentamente en una bolsa de papel?

La última cosa que le digo cada día es que es bonita. Sólo después de decirle que es brillante, divertida, curiosa, creativa y encantadora.

Usamos lapiz labial cuando llueve. Inyectar un poco de magia en algo depresivo nos hace felices y eso es algo muy poderoso. Somos dueñas de nuestros momentos felices. No necesitamos que otros los creen para nosotras.

Camino desnuda por la casa. Eventualmente, se volverá un espectáculo espeluznante, pero por ahora la ayudo a hacerse una imagen de normalidad en lo que ve.

Le digo que ella vale la pena, sin importa lo que pase. Que merece amigos, familia, amor, oportunidades y la vida.

Tenemos una especie de relación con otras mujeres. No es algo sórdido ni inapropiado; es inspirador y mentalmente estimulante. Mujeres grandes, mujeres pequeñas, mujeres que cambian el mundo, nos confesamos sobre la belleza de sus cuerpos y mentes.

Permito que ame la comida. India, japonesa, libanesa, italiana, incluso la vegana, dejo que las pruebe todas. Cuando era más joven, la comida se convirtió en uno de mis enemigos y pasé dos décadas luchando contra algo que secretamente amaba. No quiero que ella tenga la misma relación abusiva.

Me pongo todos los días en sus zapatos. Ella no ve me cuando poso o alzo mis brazos imitándola. Me ve cuando me río desde el estómago o cuando cuento una historia con las manos. Dejo que me vea cuando canto sin inhibiciones en el auto o cuando depilo mis piernas en la tina antes de tener una cita. Me ve cuando recibo mesuradamente un cumplido, o cuando alguien me derrumba con un insulto.

Pero lo más importante, me ve cuando me vuelvo a poner de pie y me ve cuando bailo.

¿Cómo puedo enseñarle a mi hija a amar su cuerpo? Comenzando por enseñarle cómo amo el mío.

Brittany Gibbons y su hija

Brittany Gibbons y su hija