Todas las personas que ingresan al Servicio Militar, nunca más ven la vida como antes. Señala un conscripto, que al pasar, ve nuestros micrófonos a sabiendas de que se trata de un artículo de prensa.

La afirmación del anónimo nos llevó a entender que un soldado conscripto aprendió (fue entrenado, instruido) a enfrentar la vida con las pocas cosas que tienen a su disposición y a trabajar con la persona que se ponga al lado. Da lo mismo su sexo, religión o tendencia política, todos quieren ganar la guerra.

Tal es el caso de Elías Navarrete (25), que concurrió en 2005, con 17 años, a inscribirse al Servicio Militar. Él quería realizarlo de manera especial, sólo los fin de semana. Tras ser aceptado en esta modalidad, fue destinado al Regimiento de Infantería Sangra, en Puerto Varas.

Fue, en ese lugar, donde Elías aprendió a cumplir las tareas con las instrucciones y entrenamiento que se le entregaba más que muchas herramientas “El Servicio te enseña a trabajar con pocas cosas, a optimizar los recursos y a salir adelante. También te enseñan el compañerismo, es impresionante ver cómo uno se une a personas que no había visto nunca, pero después, producto de todas las experiencias vividas, los vas asociando casi como hermanos”.

Otro caso es el de Miguel Ángel Fonseca (30), quien en 2001, se inscribió como voluntario para realizar el Servicio Militar y fue destinado al Regimiento Lanceros, en Puerto Natales. “Algunos jóvenes no saben hacer nada, son desordenados y hasta con poca higiene. El Servicio Militar ayuda a crear todos esos hábitos en las personas que no los traen de la casa, lo que para el trabajo es muy necesario”.

En tanto, Luis Ríos (46), quien en 1985 ingresó como voluntario al Servicio militar (que en ese entonces duraba dos años), fue enviado al Regimiento Pudeto, en Punta Arenas y al Regimiento Lautaro, en Santiago. Ríos señaló que el Servicio sirve para aprender a recibir órdenes de manera efectiva y eso ayuda en la vida laboral, para poder cumplir las instrucciones de los jefes de manera rápida y eficaz.

Actualmente, Elías Navarrete se desempeña como historiador del Museo de Carabineros. Miguel Ángel Fonseca es diseñador de una conocida tienda de retail y Luis Ríos es empleado público del Servicio de Impuestos Internos.