El presidente estadounidense, Barack Obama, rindió homenaje el martes a la “fortaleza y resistencia” del pueblo de su país un año después del devastador paso del huracán Sandy por la costa este, y admitió que queda “trabajo por hacer” ante los daños acumulados.

Sandy, uno de los huracanes más costosos de la historia estadounidense, arrasó la costa este del país a fines de octubre de 2012 afectando a 24 estados, en particular Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut (noreste), con un saldo más de 200 muertos.

El huracán llegó a Nueva York el 29 de octubre por la noche provocando un daño sin precedentes. El sur de Manhattan quedó sin luz durante una semana y la ciudad, una de las capitales financieras del mundo, se vio paralizada.

“Hoy recordamos a nuestros conciudadanos que perdieron su vida durante la tormenta, y reconfortamos a las familias que aún los lloran”, dijo el presidente Obama el martes a través de un comunicado.

“El año pasado ha servido de recordatorio de la fortaleza y resistencia del pueblo estadounidense (…). Queda más trabajo por hacer, pero éste es el espíritu con el que continuaremos trabajando para nuestros conciudadanos que aún necesitan una mano”, agregó.

En medio de las ceremonias celebradas en distintas partes de la costa este del país, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, saludó de su lado los “progresos increíbles” hechos desde octubre pasado, recordando que sólo en su Estado casi 350.000 casas habían resultados destruidas o gravemente dañadas.

Los daños provocados por Sandy fueron estimados en 60.000 millones de dólares. El Congreso estadounidense aprobó un paquete de ayuda por ese monto, pero la burocracia, retrasos y cuestiones vinculadas a los seguros han hecho difícil que ese dinero llegue a las numerosas víctimas.