El príncipe Jorge de Inglaterra, tercero en la línea de sucesión al trono, será bautizado este miércoles por la tarde en una ceremonia privada a la que asistirán la reina Isabel, la bisabuela, y 21 familiares y amigos.

Los duques de Cambridge, el príncipe Guillermo y Catalina, padres del niño de tres meses, eligieron la Capilla real del palacio de Saint James, en Londres, en lo que se ha interpretado como una expresión de la voluntad de mantener discreta la ceremonia.

El bautizo tendrá lugar a las 12H00 (hora de Chile) y será oficiado por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder de la Iglesia anglicana, informo la Casa real.

La princesa Beatriz, prima de Guillermo, fue la última niña de la realeza en ser bautizada en el palacio de Saint James, en 1988. Tanto el príncipe Guillermo como su padre Carlos y su abuela, la reina, fueron bautizados en el palacio de Buckingham.

La Capilla real fue además el lugar que albergó la capilla ardiente de Diana de Gales, abuela de Jorge, tras el accidente de coche que le costó la vida en París en 1997 cuando era perseguida por los fotógrafos.

El bautizo se hará sobre la pila bautismal Lily Font, que la reina Victoria encargó para el bautizo de su primera hija en 1841, y se usará agua del río Jordán, donde se dice que fue bautizado Jesús.

La Casa real desveló este mismo miércoles los nombres de los seis padrinos: Oliver Baker, compañero de universidad de los padres; Emilia Jardine-Paterson, compañera de universidad de la madre; Earl Grosvenor, hijo del duque de Westminster; Jamie Lowther-Pinkerton, que fue secretario de los padres; Julia Samuel, amiga de la fallecida princesa Diana, abuela del niño; Zara Tindall, prima del padre, y William van Cutsem, un amigo de la infancia también del padre.

Jorge, que si reina será Gobernador de la Iglesia de Inglaterra y Defensor de la fe, nació el 22 de julio en Londres.

La familia real anunció que difundirá fotografías del acontecimiento que reunirá a la reina con tres futuros monarcas: los príncipes Carlos, Guillermo y Jorge.

El bautizo es una ceremonia esencial para el joven príncipe porque todos los monarcas deben ser miembros confirmados de la Iglesia de Inglaterra, que reúne a 80 millones de anglicanos.