Con un total que ya se empina sobre las 120.000 víctimas fatales, la guerra civil que asola Siria desde marzo de 2011 se ha convertido en un conflicto que lejos de decrecer, está a punto de escalar a niveles internacionales.

Pero como siempre ha ocurrido en la historia de la humanidad, es la población inocente la que paga los mayores costos de la conflagración. Un nefasto resultado que quedó en evidencia este jueves luego de que un avión no identificado, lanzara una bomba incendiaria con una sustancia similar al napalm sobre el patio de una escuela en el pueblo de Urum al Kubra, cerca de la ciudad de Alepo, al norte del país.

El ataque tuvo características criminales, ya que el químico fue arrojado sobre los estudiantes que estaban formados en el patio, esperando regresar a casa. De ellos, 7 murieron carbonizados en el lugar, mientras otros 50 sufrieron horribles lesiones.

Cabe consignar que el uso de napalm está sancionado desde 1980 por la ONU como un crimen de guerra, dado que se adhiere a la piel de las personas provocándoles profundas y dolorosas quemaduras.

“Es lo más horrible que haya visto jamás. Lo había visto en televisión y escuchado muchas historias, pero nunca presencié algo similar”, detalló a un equipo de la BBC un testigo que rehusó identificarse. Los británicos describieron la escena, con niños y jóvenes desgarrados arrastrándose hasta un recinto asistencial, como si se tratara de un capítulo de la serie de zombies ‘The Walking Dead’.

“Las Naciones Unidas dicen estar llamando a la paz. ¿Qué tipo de paz están pidiendo? ¿Acaso no ven lo que está pasando aquí?”, espetó furioso Mohammed Abdullatif, un testigo que colaboró en las labores de rescate.

Advertimos que el siguiente video contiene imágenes perturbadoras

http://youtu.be/RsNDoCuMauQ