Los pescadores japoneses reaccionaron furiosos ante el presidente de la compañía Tepco, que intentaba en vano explicarles las medidas adoptadas después de las pérdidas de agua radiactiva de la accidentada central nuclear de Fukushima en el océano Pacífico.
“Pensamos que la forma en que su empresa administró el agua contaminada falló”, dijo Hiroshi Kishi, presidente de JF Zengyoren, una federación de más de 1.000 cooperativas de pesca en Japón.
“Estamos muy inquietos por el impacto inconmensurable (de esa gestión) en el futuro de nuestra industria”, le dijo Kishi a Naomi Hirose, presidente de Tokyo Electric Power (Tepco) operador de la central.
“Queremos que el Estado tome seriamente a su cargo la dirección de las operaciones”, insistió el representante de los pescadores.
“Lo lamentamos realmente.Vamos a tomar las máximas medidas”, respondió el presidente de Tepco.
Tepco decidió en particular crear una célula de crisis y reforzar los equipos en el terreno para evitar que se reproduzca el “grave incidente” de julio pasado cuando 300 toneladas de agua contaminada se filtraron de un depósito cilíndrico donde estaban almacenadas y una parte se volcó al océano.
Ese incidente llevó a las autoridades a suspender la pesca en la zona a partir del 1 de septiembre debido a los riesgos de contaminación.
Tepco debe administrar unas 400.000 toneladas de agua radiactiva enterrada en el subsuelo o almacenada en recipientes cilíndricos. El volumen de agua aumenta cada día en 400 toneladas.
El ministro de Industria de Japón estimó hace dos semanas que unas 300 toneladas de agua contaminada se vertían al océano cada día. “Pero no estamos seguros de que el agua esté altamente contaminada”, añadió.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, anunció días pasados que las autoridades reforzarían su implicación en los trabajos de limpieza de la planta de Fukushima.
Las filtraciones de agua comenzaron en marzo de 2011 como consecuencia de los destrozos causados en la central nuclear de Fukushima Daiichi por un sismo y un tsunami.