El soldado asesinado por presuntos extremistas islámicos el pasado día 22 en Londres fue atropellado antes de ser atacado con cuchillos por los dos hombres, declaró un policía en la apertura de la investigación judicial sobre su muerte.

Lee Rigby, de 25 años, fue brutalmente atacado cuando regresaba al Cuartel de la Artillería Real de Woolwich (sureste de Londres), después de haber pasado la mañana en la Torre de Londres en el marco de su trabajo en el equipo de reclutamiento del Regimiento de Fusileros.

“Al llegar a (la calle) Artillery Place, se puede ver un vehículo que gira hacia el carril por el que andaba y le da”, declaró el inspector Grant Mallon, de la sección antiterrorista de Scotland Yard.

“Los dos ocupantes salen entonces del vehículo y lo atacan con un cuchillo de carnicero y otro cuchillo”, agregó en la vista procedida por un juez forense en el tribunal londinense de Southwark.

La autopsia reveló esta semana que Lee Rigby murió a causa de “múltiples heridas incisas”.

La investigación judicial, que debe determinar las circunstancias de la muerte del militar británico pero sin establecer responsabilidades penales, fue aplazada a una fecha posterior que no fue confirmada mientras continúa la pesquisa policial.

La familia de Lee Rigby, que estaba separado y tenía un hijo de dos años, no estuvo presente en la vista del miércoles, pero publicó un comunicado pidiendo que no se utilizara el nombre del soldado como un excusa para llevar a cabo ataques contra terceros.

“No desearíamos que otras familias vivieran esta horrible experiencia y pedimos a todo el mundo que mantenga la calma y muestre su respecto de manera pacífica”, declaró cuando se han registrado algunos ataques contra objetivos musulmanes en el Reino Unido.

Como tenía programado desde antes de la matanza, la reina Isabel II visitó el viernes el cuartel de Woolwich, pero rindió tributo al soldado en privado reuniéndose con algunos de sus superiores y compañeros.

La policía anunció por otra parte una undécima detención en conexión con este caso, la de un hombre de 45 años sospechoso de estar implicado en el suministro de armas de fuego ilegales.

Uno de los dos presuntos autores de la matanza, el británico de origen nigeriano Michael Adebowale, de 22 años, fue formalmente acusado el jueves de homicidio y tenencia de arma de fuego.

El otro, Michael Adebolajo, de 28, que como el primer sospechoso resultó herido de bala por la policía en el lugar de la matanza en el momento de su detención, continúa hospitalizado y no ha podido ser todavía interrogado por la policía.

Ambos fueron filmados y fotografiados por testigos tras el ataque en el barrio de Woolwich, en el sureste de Londres.