Corea del Sur y fuerzas de Estados Unidos, encabezadas por el portaaviones de propulsión nuclear “USS Nimitz”, iniciaron este lunes ejercicios navales conjuntos a pesar de las protestas de Corea del Norte, que los considera una provocación y un preparativo para la guerra.

Los dos días de ejercicios se iniciaron con la salida del “Nimitz”, uno de los buques de guerra más grandes del mundo, que zarpó del puerto surcoreano de Busan adonde había llegado la semana pasada, indicó en un comunicado la marina norteamericana.

“Las operaciones incluyen operaciones de vuelo integradas, eventos de defensa aérea, ejercicios de guerra de superficie, maniobras navales de precisión e intercambios de oficiales de enlace”, agregó.

Otros buques, entre ellos cruceros con misiles teledirigidos y destructores con el mismo tipo de armamento participarán además en los ejercicios, destinados a “fortalecer la seguridad y la estabilidad regionales”, agregó la Marina.

El Comité del Norte para la Reunificación Pacífica de Corea, que se ocupa de los asuntos transfronterizos, consideró la llegada de la flota estadounidense “una grave provocación militar” que incrementaría la tensión.

“La maniobra naval conjunta con lo último en armamento, incluido el portaaviones nuclear, es un chantaje sin sentido y demuestra que su intento de invadirnos alcanzó un nivel extremadamente imprudente”, dijo el comité en un comunicado publicado por la agencia oficial norcoreana KCNA.

“El riesgo de una guerra nuclear en la península aumentó aún más debido a la irracional práctica de la guerra nuclear de las fuerzas enemigas de EEUU y del Sur”, explicó.

Se espera que la maniobra naval conjunta entre los dos aliados se lleve a cabo frente a la costa este de Corea del Sur del lunes al martes, informó la agencia de noticias Yonhap citando a un funcionario de Seúl que permaneció en el anonimato.

La península coreana vivió una escalada de tensión tras el disparo con éxito en diciembre de un cohete considerado por Seúl y sus aliados como un misil balístico, seguido de un tercer ensayo nuclear en febrero y de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Pyongyang amenazó luego con ataques y con una guerra nuclear y desplegó misiles de alcance variable a lo largo de sus costas.