No hay piso en la Concertación para una acusación constitucional contra Pablo Longueira y parlamentarios prefieren sacar al pizarrón al abanderado de la UDI en la campaña electoral, para que responda por denuncias contra el INE.

Casi nulas son las posibilidades de que las bancadas de diputados opositores se embarquen en una acusación constitucional contra el ex ministro de Economía, Pablo Longueira, a quien exigen que asuma su responsabilidad política por las denuncias contra el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, sobre una presunta manipulación de datos del Censo 2012 y del IPC.

Si bien hay acuerdo para pedir una sesión especial y después una comisión investigadora, la oposición llegaría solo hasta ahí y no recurriría a la última y más potente arma de fiscalización, la acusación constitucional.

Sin embargo, ésta última no cuenta con piso político entre los diputados opositores, pese a que algunos no la descartan. La tendencia es hacer que Longueira salga al pizarrón y responda en la campaña electoral, ahora en su calidad de abanderado de la UDI.

El diputado demócrata cristiano Fuad Chahín, estimó que no es el minuto de pensar en una acusación constitucional y -en cambio- que el costo político lo pague Longueira en la campaña.

El subjefe de la bancada de diputados socialistas, Luis Lemus, opinó que una acusación constitucional contra el ahora abanderado gremialista carece de sentido, considerando el complejo escenario político del momento con el ex ministro como candidato de la UDI.

La diputada PPD Adriana Muñoz, quien si bien señaló que no se puede descartar a priori una acusación constitucional, recordó que en este caso el responsable directo de la presunta manipulación de datos en el INE no sería Longueira. Agregó que no es una situación comparable al libelo que destituyó al ex ministro de Educación, Harald Beyer.

El Gobierno, en tanto, apuesta a dos antecedentes para desactivar cualquier intento de una acusación constiitucional contra Longueira.

Se trata de dos operaciones que éste emprendió -cuando era presidente de la UDI- para salvar a la Democracia Cristiana, en un caso, y permitir a la administración de Ricardo Lagos superar un duro momento, en el otro.

La primera fue su decisiva intervención para que la DC superara la mala inscripción de sus candidatos al parlamento para las elecciones del 2001. Longueira lideró a la oposición para apoyar un proyecto de ley que postergó los comicios del 11 al 16 de diciembe.

Dos años más tarde, tuvo una también decisiva participación para acordar con el entonces ministro del Interior, José Miguel Insulza, la Agenda de Probidad y Transparencia, que hizo que Lagos sorteara uno de sus momentos más difíciles, que se inició con el denominado Caso Coimas, cuyo trámite judicial permitió conocer el pago de sobresueldos a altas autoridades de Gobierno y que desembocó en el bullado caso MOP GATE.