Bastaron sólo 71 caracteres desde la cuenta oficial en Twitter de la agencia de noticias Associated Press para desencadenar un caos en las salas de redacción de los medios de todo el mundo.
A través de la cuenta de AP se pudo observar por algunos minutos un mensaje donde informaba de dos explosiones en la Casa Blanca, en las que el presidente Barack Obama habría resultado herido.
Cuando la atención mundial se centró en el estado de salud del mandatario estadounidense, desde las cuentas paralelas de la agencia se descartaron las supuestas explosiones.
Junto a ello aprovecharon de aclarar que habían sido víctimas de un hackeo, lo cual fue confirmado por Sam Hananel, uno de los periodistas de la agencia. Esto gatilló que @AP fuera suspendida temporalmente a la espera de ser normalizada.
El falso anuncio fue replicado en varios sitios de internet que, posteriormente, tuvieron que retractarse y actualizar los datos aclarando la situación de la que fue víctima la cuenta de AP.
Fuera de la anécdota, el ataque ficticio a Barack Obama provocó una caída que superó los 150 puntos en el índice Dow Jones.