Al menos 69 personas, entre ellas muchos rebeldes, murieron en los encarnizados combates que libran desde hace cuatro días los insurgentes y el ejército sirio en Jdeidet al Fadl, al sudoeste de Damasco, según informó este sábado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una organización con sede en el Reino Unido que cuenta con una red de informantes basada en activistas y en médicos civiles y militares..

“Sesenta y nueve personas murieron en cuatro días de violencia en Jdeidet al Fadl, donde las tropas gubernamentales intentan tomar el control total”, anunció el OSDH, citando a activistas sobre el terreno, que dijeron que varias personas murieron en bombardeos del ejército o ejecutadas.

También se registran enfrentamientos en las zonas sunitas de la localidad aledaña de Jdeidet Artuz, de mayoría cristiana,

Estos dos suburbios se encuentran cerca de Daraya, bajo control de los insurgentes desde el año pasado.

“La artillería y los tanques bombardean Daraya y por la mañana estallaron nuevos combates en el frente sur y oeste”, informó el consejo local rebelde en un comunicado.

El texto añade que se desplegaron en la ciudad refuerzos gubernamentales, así como “30 tanques y vehículos militares”.

Por otro lado, una mujer y tres niños murieron en un bombardeo de las tropas del régimen en Jarita, en la provincia oriental de Deir Ezor, añade el Observatorio.

Según la misma fuente, en la provincia de Homs (centro), las fuerzas armadas tomaron el control del pueblo de Raduaniyé, cerca del bastión rebelde de Al Quseir, cercano a la frontera libanesa, donde los rebeldes se enfrentaban al ejército, a las milicias prorégimen y a los combatientes del poderoso movimiento chiita libanés Hezbolá.