El presidente de Bolivia, Evo Morales, advirtió este martes en La Paz que Estados Unidos “está preparando” un golpe de Estado en Venezuela, por sus pedidos para realizar una auditoría de las elecciones del domingo, tras el ajustado resultado que dio la victoria a Nicolás Maduro.

Morales, leal aliado de Caracas, deploró las declaraciones de la portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, quien planteó un “recuento” de los votos, debido a que Maduro obtuvo, según conteos finales, 50,66% de los votos, frente a 48,97% del opositor Henrique Capriles.

“Estoy convencido de que detrás de esas declaraciones, Estados Unidos está preparando un golpe de Estado en Venezuela”, afirmó el gobernante en una conferencia de prensa ante medios locales y extranjeros, en un hotel en el centro de la sede de gobierno.

Luego acotó: “quiero expresar que esto es una intromisión abierta del gobierno de Estados Unidos en la democracia venezolana y ni esta portavoz ni el gobierno de Estados Unidos tienen la autoridad moral para cuestionar los resultados electorales en ningún país”.

“Estoy convencido de que esta es una forma de cómo convulsionar Venezuela, crear una inestabilidad democrática y política y después justificar una intervención: esa es la estrategia de los países que representan al imperio y el capitalismo”, complementó.

Según el mandatario, lo que Washington busca es “primero, confrontar al pueblo para que luego vengan los ‘cascos azules’ de las Naciones Unidas o de la OTAN”.

Frente a ese panorama, el presidente aseguró que “todos vamos a defender, frente a la provocación y agresión del gobierno de Estados Unidos hacia el compañero Maduro y a ese pueblo revolucionario, a ese pueblo que apuesta a transformaciones” sociales, políticas y económicas.

Morales estableció estrechos lazos políticos, comerciales e ideológicos con el expresidente Hugo Chávez y ahora con su delfín Maduro.

Maduro fue declarado ganador de los comicios, con una diferencia de 235.000 votos sobre el opositor Capriles, que aún no reconoció el resultado y llamó a protestas callejeras desde el lunes.

En Venezuela hubo siete muertos y 61 heridos, según un balance oficial de este martes sobre los hechos de violencia tras las elecciones, de los que oficialistas y opositores se acusaron mutuamente.