Los venezolanos elegirán este domingo entre el presidente encargado Nicolás Maduro y el líder opositor Henrique Capriles como sucesor de Hugo Chávez, en un país dividido entre los que buscan dar continuidad a la ‘revolución bolivariana’ y los que quieren dejar atrás una era polarizada.
Pese a la jornada de reflexión de este sábado, Maduro encabezó un acto de conmemoración del décimo aniversario de la creación de las milicias y el retorno al poder de Chávez un año antes tras un breve golpe de Estado en su contra.
Favorito en las encuestas, Maduro, de 50 años y excanciller, busca dar continuidad a la ‘revolución bolivariana’ de Chávez, quien lo eligió como su heredero meses antes de morir de un cáncer el 5 de marzo.
Por su parte, Capriles, de 40 años, abogado y gobernador del estado Miranda (norte), hace su segunda apuesta por la presidencia como candidato de la oposición, ofreciendo a los venezolanos dejar atrás la era polarizada de Chávez (1999-2013) con un modelo inspirado en el brasileño.
Al grito de “Chávez vive, la lucha sigue”, el presidente interino pasó revista este sábado a batallones de milicianos en una ceremonia realizada en el “Cuartel de la Montaña” de Caracas, sede de las milicias y donde yacen los restos mortales del mandatario.
“Ustedes saben que el comandante Chávez me dejó una tarea nada fácil y yo lo he asumido como su hijo”, dijo Maduro.
En rueda de prensa, Capriles denunció como una “violación flagrante de toda la normativa electoral”que éste y otros actos oficialistas fueran retransmitidos en las últimas 48 horas por los medios públicos.
“Los que están en el poder no conocen algo distinto que no sea abusar del poder, de los recursos del Estado”, fustigó.
Los colegios electorales abrirán a las 10H30 GMT hasta las 22H30 GMT, aunque continuarán abiertos mientras haya gente en la fila.
Pero la votación ya empezó en Australia, donde hay una comunidad de miles de venezolanos. Casi 19 millones de venezolanos están habilitados para votar, incluyendo 100.495 electores radicados en el exterior.
Quien resulte ganador deberá completar el periodo 2013-2019 que se inició el 10 de enero tras la victoria de Chávez sobre Capriles por 11 puntos en octubre.
Maduro “es el que nos dejó Chávez y tiene que seguir su legado. Si ganara Capriles, que no va a suceder, perdemos la patria”, dijo a la AFP Victorino Matheus, un chófer de bus de 68 años de la barriada Petare, este de Caracas.
“El daño más grande que hizo Chávez fue la total separación del país”, se quejó Gary Rottemberg, corredor de bienes raíces en el exterior, de 69 años.
El sucesor de Chávez heredará una Venezuela que posee las mayores reservas de crudo mundiales, pero con la inflación más alta de Latinoamérica, -de 20,1% en 2012-, una industria deprimida, ciclos de escasez y una deuda pública que supera el 50% del PIB.
Tras concluir el jueves una atípica campaña dominada por la omnipresencia y tributos a la figura del mandatario fallecido, los dos candidatos instaron a salir a votar masivamente y se comprometieron a respetar el resultado, al tiempo que advirtieron al otro campo sobre un eventual desconocimiento.
“Y que no se equivoque la burguesía y el imperialismo. Este pueblo sabrá defender con la Constitución en la mano, con la fuerza insurreccional y volcánica que tiene, la decisión que tome soberanamente nuestro pueblo mañana”, dijo Maduro.
“Tenemos que estar alertas, porque nosotros no estamos dispuestos a aceptar que se tuerza la voluntad de nuestro pueblo”, dijo por su parte Capriles, mostrándose receloso de la imparcialidad del Consejo Nacional Electoral (CNE).
La oposición además ha rechazado las acusaciones lanzadas por el gobierno que asegura que tiene planes de sabotaje eléctrico y hasta de atentados para alterar la elección.
Maduro denunció además este sábado en su cuenta Twitter una “guerra sucia” impulsada desde Colombia en su contra para “envenenar el clima electoral”.
El jefe de la misión de acompañamiento electoral de la Unasur, el argentino Carlos Álvarez, aseguró por su parte que el sistema electoral venezolano es de “alta confiabilidad” y garantiza el “secreto del voto”.
Además de los 40 delegados de Unasur que acompañan el proceso electoral, otros 200 delegados llegaron al país en representación, entre otros, del Mercosur, la OEA, la Celac y el Centro Carter, así como los ex presidentes de República Dominicana Leonel Fernández y de Guatemala Álvaro Colom.
Más de 140.000 militares velarán por la seguridad durante la votación.