El papa argentino Francisco, instó este martes en la misa de inauguración de su pontificado en la plaza de San Pedro a defender el medio ambiente y pidió a los numerosos dirigentes que asisten a la ceremonia a no dejar que “los signos de destrucción y muerte” guíen al mundo.

El nuevo pontífice, que se definió un “humilde” servidor, inició su pontificado con un fuerte llamamiento a favor de la defensa de “la creación, la belleza”, el “respeto de las criaturas de Dios y el entorno en que vivimos”, inspirado en san Francisco de Asís, el santo de los pobres y defensor de la naturaleza y la paz.

El primer papa jesuita, que optó por el nombre de Francisco por el santo italiano del siglo XIII , lanzó el pedido por la paz ante 132 dirigentes de todo el mundo presentes, entre ellos 31 jefes de Estado, buena parte de ellos de América Latina.

“Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos ‘custodios’ de la creación, del designio de Dios, inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y muerte acompañen el camino de este nuestro mundo”, dijo desde el altar instalado en el centro de la explanada.

El Papa argentino, que recordó a su “venerado predecesor”, el papa emérito Benedicto XVI, el primer pontífice de la era moderna que renuncia a su cargo, mencionó también a Juan Pablo II y pidió a los miembros de la Iglesia que se inspiren de San José, “un hombre fuerte, valiente y trabajador”, pero de “gran ternura”.

“No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura”, dijo.

“Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz, debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de san José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, débiles, los más pequeños”, agregó.

Ante al menos siete presidentes de América Latina, entre ellos las mandatarias de Argentina y Brasil, el primer papa que habla español explicó como entendía dirigir a la Iglesia, una institución con 1.200 millones de católicos y que atraviesa una grave crisis de credibilidad tras una serie de escándalos.

Con preguntas y respuestas, Francisco centró su homilía en la figura de San José, “custodio” de María y de Jesús, pero también de la Iglesia.

¿Cómo vive José la custodia de María, de Jesús y de la Iglesia? “Siempre disponible”, recalcó: “José es custodio, porque sabe escuchar a Dios” y “sabe leer con realismo los acontecimientos”, agregó.