En Chile, el mundo católico vivió la víspera de la renuncia del Papa Benedicto XVI con una misa en la Catedral Metropolitana oficiada al mediodía por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati.

Durante la ceremonia, Ezzati reconoció que la renuncia del Pontífice fue un gesto honesto y transparente, asegurando que todos sus pensamientos, su afecto y sus oraciones se dirigen a la pronto cónclave para elegir al sucesor de Pedro.

El presidente de la Conferencia Episcopal también agregó que la comunidad ve este momento histórico con particular emoción y con cierto asombro.

Con respecto a la salida de Benedicto XVI, Ezzati comentó que no es correcto enjuiciar, ya que todos son seres humanos, y por tanto, falibles. Inclusive los obispos, dijo, son a veces débiles.

Decenas de fieles católicos llegaron hasta la Catedral, ubicada en la Plaza de Armas de Santiago, donde presenciaron con emoción este momento.

Durante la misa se dio a conocer el regalo que entregará la Iglesia Católica de nuestro país al sumo pontífice: una foto con la imagen de nuestra Señora del Carmen, sacada en la isla de Juan Fernández justo después de ocurrido el devastador tsunami de 2010.