Al despedirse, el Papa Ratzinger saldrá el jueves 28 desde El Vaticano en helicóptero y en medio de un concierto de campanadas de todas las iglesias de Roma. Entretanto en los bajos fondos de la capital mundial del catolicismo, quedará pendiente un reguero de tribulaciones.
La sustitución del agotado y vencido Benedicto XVI, aparte de la pompa y colorido, plantea innumerables interrogantes ¿Qué pasará, qué viene ahora? ¿La Iglesia oficial aprenderá de sus pecados y se entregará a difundir su evangelio para hombres y mujeres, pero sin trampas?
En estos momentos previos a la nueva elección surgen también pequeños grandes detalles. ¿Llegarán al cónclave y votarán, como es su obligación, cardenales como Roger Mahony (USA) o el primado de Irlanda, Seán Brady? Ambos exhiben un pasado sucio encubriendo escandalosa pederastía. Mahony, sigue arrastrado a los tribunales aunque le ha hecho el quite a la justicia durante tres años protegiendo, sin pausa, a 129 curas que abusaron de niños y niñas.
A los sacudones del Vaticano se suceden réplicas en España. Organizaciones como los Kikos, Comunión y Liberación, Legionarios de Cristo, Opus Dei, todas premunidas de anchos recursos, están con el credo en la boca. No sea cosa que de la chimenea en la Ciudad Santa, cuando se elija al nuevo purpurado, salga un humo blanco progresista.
Y no solo tiemblan católicos pomposos, sino también figuras de la clase política corrupta ligada hoy como ayer a la Iglesia. Tal es el caso, principalmente, del Partido Popular y de su jefe, el presidente del país Mariano Rajoy.
Los niveles que alcanza en la Península la cleptocracia, esa apropiación indebida de dinero más una porfiada corruptela con documentos falsos, mentiras, encubrimientos, espionaje, cuentas en Suiza y en otros paraísos fiscales, ha llegado a límites nunca vistos en la historia del país, al menos desde que el dictador Francisco Franco, después de una aparatosa agonía, se fuera al otro mundo
Por si fuera poco hay otra solemne institución de la Península que también está en las cuerdas: la Corona.
Ciudadanos, agrupaciones y partidos políticos intentan disimular el punto, pero en voz baja se habla con insistencia de los tristes avatares en la Casa Real. Y ya hay voces, como la de socialistas catalanes, pidiendo que el rey abdique. Que deje el cargo a su hijo o que, con una nueva Constitución, de una vez por todas se elimine a la monarquía.
Innumerables desventuras, tras las puertas de sus palacios, anidan en la familia Borbón. El punto más álgido recae en millonarios tejes y manejes del yerno del rey, marido de su segunda hija, Cristina Borbon y Grecia. Se trata del bonito ex deportista profesional Uñaki Urdagarin, duque de Palma, 44 años de edad..
El avispado, hoy a merced de los tribunales ordinarios, hace años organizó una institución media fantasma y se benefició con largueza de su posición en la familia real. Inclusive para muchos de sus obscuros tejes y manejes utilizó el palacio Marivent, residencia de verano de los reyes.
Una de las maromas más gordas se enmarca en el desvío de diez millones de dólares hacia no se sabe bien donde. Larga y compleja historia de maniobras fraudulentas junto a un socio, Diego Torres. Y hay kilos de documentos que involucran a mucha gente, entre otros a Carlos García Revenga, el secretario de la más alta confianza de Cristina y de su hermana Elena, con despacho en el mismo Palacio Real.
Entre gallos y medianoche se urdieron e inventaron lucrativos contratos donde aparecen mezclados políticos copetudos. Torres con Urdagarin se habrían embolsicado unos 3,5 millones en Valencia y 2,3 millones en Baleares. Figuras del oficialismo derechista, como la alcaldesa de Valencia Rita Barberá y ex el jefe político de esa comunidad, Francisco Camps aparecen mencionados en el papeleo que tienen los jueces.
Y entre la fronda de negocios distintos ya sea gestados o logrados se mencionan nombres como Rolex, Ford, Skoda, Nissan, Volkswagen, Louis Vuitton, Toyota, Sol Meliá, Repsol o Telefónica.
Mientras el tsunami financiero llegaba lejos hubo largo silencio del Monarca y de su mujer Sofía. En declaraciones de civiles imputados y en documentos a medias tintas aparece mencionado Juan Carlos y una relamida dama que, en su, día habría estado vinculada sentimentalmente al viejo monarca. La emprendedora princesa alemana, Corina zu Sayn Wittgenstein.
Las malas noticias aumentan por horas. La sociedad española en crisis, cesantes por doquier, desahucios, suicidios, hambrunas, huelgas, recortes salariales y otras tragedias, sigue solicitando al rey y a la institución monárquica que, por menos, en el manejo de dineros exhiban mayor transparencia. Y a toda la clase política le reclaman regeneración y limpieza completas.
Mientras los españoles más lúcidos sueñan con un Estado distinto, republicano, federal, democrático, laico y solidario otras voces piden acabar con tantas lagunas jurídicas que rodean a la Corona, desacralizar sus actividades, terminar con sus ambigüedades, saber cuanto cuesta mantener la llamada Casa del Rey, los gastos de viajes y de boato.
Con opacidad y secretismo no se llega a ninguna parte, sentenció Juan José Solozábal, un catedrático de Derecho Constitucional. El Rey –agregó- no es destituible pero con sus actos puede poner en juego la institución y perjudicar a la dinastía. Es necesario, dicen, que el monarca compense su inviolabilidad mostrando una conducta moral y social ejemplar.
En esta situación de nubes negras Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón Dos Sicilias, o sea el Rey, pide en sus discursos rigor y sacrificios. Un Rey que no podría seguir negando informaciones sobre su fortuna personal y de la institución que representa.
Propiedades en España y otros lugares de Europa, obras de arte, sumas que llegan a los 2.300 millones de euros según The New York Times de septiembre 1912. En este terreno hay más opacidad. Ya en el año 2002, según Eurobusiness, la fortuna del monarca y familia habría alcanzado a 545 millones de euros y con los bienes familiares a los 1.136. Datos exorbitantes pero, según algunas fuentes oficiales, equivocados. No obstante un país donde la mayoría de sus habitantes viven al borde o directamente en la ruina necesita que lo respeten sin el viejo recurso de discursos lindos.
Es inquietante la última encuesta de Metroscopia. El 73 por ciento de los españoles piensa que su país está al borde del estallido social. Y un monarca enclenque, con la salud tan aporreada, un ex ex cazador de osos en Rumanía y de elefantes en Botswana es, cuanto menos, un chiste cruel.
Oscar “El Monstruo” Vega
Periodista, escritor, corresponsal, reportero, editor, director e incluso repartidor de periódicos.
Se inició en El Sur y La Discusión, para continuar en La Nación, Fortin Mapocho, La Época, Ercilla y Cauce.
Actualmente reside en Portugal.