“Tú estás aquí en el corazón, Chávez. Tú trascendiste fronteras, Chávez. Y tú estás más allá de los tiempos, camarada. Te amamos”, dice una caraqueña, provocando las lágrimas de algunos partidarios del presidente que se reunieron en una céntrica plaza de la ciudad, consternados por su estado de salud.

“Estamos todos orando por la salud de nuestro comandante”, cuenta a la AFP Míriam en referencia a las “nuevas complicaciones” que sufre el mandatario Hugo Chávez, anunciadas la noche del domingo por el vicepresidente, Nicolás Maduro.

Míriam se halla en un extremo de la plaza Bolívar, en la “Esquina Caliente”, tradicional lugar de encuentro entre chavistas este lunes vacío en señal de respeto por la situación en la que se encuentra el mandatario, hospitalizado desde el 11 de diciembre en Cuba tras someterse una cuarta operación contra el cáncer.

Algunos paseantes caminan con cara de preocupación, conscientes de que el mensaje de Maduro no es alentador. Todos los bancos de la plaza están ocupados por ciudadanos que observan cómo los operarios desmontan el escenario previsto para acoger una gran fiesta de fin de año, que fue suspendida a raíz del anuncio. “Aquí no puede haber fiestas”, sentencia Míriam.

“El pueblo está a flor de piel”, describe por su parte Fina, otra chavista consternada por las malas noticias sobre la evolución del presidente, de 58 años, los últimos 14 en el poder.

En Caracas, así como en varios otros puntos de Venezuela, se celebraban este lunes varias misas y actos en solidaridad con el mandatario, reelecto el 7 de octubre para un nuevo mandato de seis años.

Hermes Cisnero dice tener claro cómo afrontar las noticias del agravamiento de la salud de Chávez: “En lugar de chavista o escuálido (como denomina el oficialismo a la oposición), yo soy realista”.

“Es una realidad que el presidente está enfermo. Pero no nos resignamos y menos cuando se trata de una persona buena como él”, asegura este taxista, quien no ha perdido la sonrisa a pesar de la preocupación que reina en Caracas.

En la radio de su taxi, decorado con una pegatina de Chávez, suena una salsa del grupo venezolano Madera, con un estribillo pegadizo: “El comandante llegó de Cuba, repotenciado”.

Sin embargo, Cisnero no está de acuerdo con el comportamiento de Maduro, designado por Chávez su heredero político, cada vez que informa al país sobre el estado del mandatario.

“Pone caras de dolor cuando habla. Él no puede transmitir eso, casi que llora ante las cámaras. Le causa dolor a uno”, lamenta.