La coalición rebelde Seleka parece haber tomado el control en República Centroafricana, y afirmó el miércoles que “la batalla de Bangui” no se producirá ya que el gobierno “perdió el control del país”.

Al mismo tiempo, centenas de personas lanzaron el miércoles proyectiles contra la embajada de Francia en Bangui después de haber manifestado contra la sede diplomática de Estados Unidos para protestar contra ocupación de una parte del país por fuerzas rebeldes.

Los manifestantes reprochan a Francia, antigua potencia colonial, su pasividad ante el avance de las tropas rebeldes.

“Estamos ante la embajada de Francia porque fue Francia la que nos colonizó. Pero Francia nos ha abandonado”, dijo uno de los manifestantes.

“No necesitamos más a Francia. Que Francia se vaya”, agregó.

La compañía aérea francesa Air France hizo regresar el miércoles su vuelo semanal Paris-Bangui debido a los acontecimientos en el país. El avión dio media vuelta tres horas y media después de su despegue de París, y su llegada a la capital francesa estaba prevista a media tarde del miércoles.

La mayoría de los manifestantes contra la embajada francesa en Bangui eran miembros de asociaciones cercanas a Kwa Na Kwa, el partido del presidente centroafricano François Bozizé.

El embajador de Francia protestó contra la manifestación, que calificó de “particularmente violenta”.

Poco antes, la coalición rebelde Seleka, que se encuentra a las puertas de la capital de la República Centroafricana, llamó este miércoles al poder a “deponer las armas”.

Según Seleka, el presidente Bozizé, “ya perdió el control del país”.

“Pedimos a todos los hijos e hijas de Centroáfrica, a todos los efectivos de las fuerzas de defensa y de seguridad aún fieles al régimen de François Bozizé (…) que depongan las armas inmediatamente”, declaró la coalición rebelde Seleka en un comunicado.

Después de más de 15 días de operaciones militares y conquista de ciudades, la rebelión –que no ha encontrado resistencia– afirmó que “por medida de seguridad y protección de las poblaciones civiles, no consideramos necesario llevar a cabo la batalla de Bangui (…) ya que el general François Bozizé ya perdió el control del país”.

Seleka tomó las armas el 10 de diciembre para exigir que “se respeten” los acuerdos de paz concluidos entre 2007 y 2011.

Desde ese día se fue apoderando de ciudades estratégicas – Bria (centro), Bambari (centro sur), Kaga Bandoro (centro norte)- acercándose peligrosamente a Bangui por el norte y por el este.

Subequipado, desmotivado y mal organizado, el ejército regular opuso poca resistencia frente al progreso de los insurgentes.

Un contingente del ejército chadiano, que llegó la semana pasada como “fuerza de interposición” y no de ataque según Yamena, se encuentra posicionado en el último cruce de carretera que lleva a Bangui.

Chad, aliado histórico de François Bozizé, ya envió sus tropas en 2003 para ayudarlo a tomar el poder, y de nuevo en 2010 para combatir las rebeliones del norte.

La República Centraafricana – país de cinco millones de habitantes – había iniciado en 2007 un proceso de paz después de varios años de inestabilidad, con múltiples rebeliones y motines militares.

A fines de 2011, Amnesty International había denunciado la débil capacidad del poder centroafricano para luchar contra las rebeliones. Al menos 14 grupos armados operan en el país, según esta ONG.