El volcán ecuatoriano Tungurahua lanzó una permanente columna de gas y algo de ceniza durante las últimas 24 horas, dentro de su proceso eruptivo que se incrementó el pasado 12 de diciembre, informó este martes el Instituto Geofísico (IG) de Quito.
“La zona del volcán se mantiene con alta nubosidad pero se ha logrado determinar la presencia de una permanente columna de emisión con moderada carga de ceniza de aproximadamente 2 kilómetros de altura” sobre la cima, señaló el organismo.
Agregó que el lunes por la noche se pudo observar con la ayuda de un visor la presencia de brillo en la zona del cráter y que hasta el martes se escucharon esporádicos bramidos y algunos cañonazos de leve intensidad.
El IG reportó que frente a los días anteriores se registró una disminución en el número y energía de los sismos en el Tungurahua, localizado a 135 kilómetros al sur de Quito y a 5.029 metros de altura.
La reactivación del volcán obligó a la declaratoria de la alerta naranja (previa a la roja, de máxima peligrosidad) para numerosas localidades asentadas en sus faldas y que son consideradas de mayor riesgo.
El Tungurahua (“garganta de fuego” en lengua quichua) tuvo su mayor pico eruptivo en 2006, cuando dejó seis muertos en una aldea de la provincia de Chimborazo que fue arrasada por el brusco descenso de material incandescente.
En 1999, la población del valle de Baños (al pie del coloso y con 18.000 habitantes) fue evacuada al entrar el Tungurahua en erupción, estado en el que aún se mantiene. La gente pudo regresar a sus casas un año después.
Esa localidad -para la que impera la alarma amarilla- recibe un millón de turistas al año, 40% de los cuales son extranjeros, según autoridades locales.