El británico Bradley Wiggins, un especialista en pista y contrarreloj, agregó este año a su palmarés lo que todo ciclista sueña: el Tour de Francia, mientras que el estadounidense Lance Armstrong se cayó de su ‘Olimpo’ personal y el español Alberto Contador volvió a competir.

Estos tres hechos marcaron una temporada 2012 en la que el deporte del pedal se vio más afectado que nunca por las polémicas vinculadas el flagelo del dopaje.

Wiggins, de 32 años, oriundo de un barrio pobre del norte de Londres, había destacado sobre todo en los Juegos Olímpicos de Atenas-2004 y Pekín-2008, en los que cosechó tres medallas de oro en pista.

Esta temporada, el equipo británico Sky le brindó todo su apoyo en ‘la Grande Boucle’, poniendo a su servicio a corredores ‘galácticos’, de la talla de sus compatriotas Mark Cavendish y Chris Froome, o el noruego Boasson Hagen, para así convertirse en el primer ciclista de su nacionalidad en coronarse en el paseo parisino de los Campos Elíseos.

Pero, todo tiene su precio, y el inglés para llegar al zenit de su carrera pasó por etapas iniciáticas. Como casi todos los corredores de las islas tuvo que ‘exiliarse’ en el continente para desarrollarse como profesional, por lo que este aficionado a los ‘scooters’ y al rock (es coleccionista de guitarras), padre de dos niños, pasó por equipos del ‘Hexágono’ como la Française des Jeux, Crédit Agricole y Cofidis, así como también en su momento tuvo que superar su afición al alcohol.

Wiggins coronó su gran temporada con el oro de la contrarreloj de los Juegos Olímpicos disputados en su ciudad natal. Para la anécdota quedó el accidente que sufrió hace poco más de un mes mientras entrenaba en su país.

Armstrong, por su parte, considerado por muchos como el más grande ciclista de todos los tiempos, pasó del ‘Olimpo’ al infierno en poco tiempo. Profesional desde 1992, tras superar un cáncer de testículos ganó la friolera de siete Tours de Francia, récord absoluto, entre 1999 y 2005.

Pero las sospechas de dopaje siempre le acompañaron: su relación con el controvertido médico italiano Michele Ferrari, los testimonios de excompañeros en el equipo US Postal, como Floyd Landis, desposeído de su victoria en el Tour de 2006 por un positivo de testosterona, y la insistencia de la Agencia Antidopaje de su país (USADA) por condenarlo lo lanzaron en una especie de tobogán.

El 22 de octubre la UCI (Unión Ciclista Internacional) decidió desposeerlo de su extenso palmarés. Pero, las heridas quedan, y el presidente del organismo rector del ciclismo, el irlandés Pat McQuaid y su antecesor, el holandés Hein Verbruggen, gran mentor de Armstrong, fueron señalados por su supuesta “connivencia” con el ciclista durante todo el proceso y hasta se han creado grupos de presión que piden la renuncia del primero como paso inicial para ‘limpiar’ de dopaje al ciclismo.

Frente al ‘caso Armstrong’, el del español Contador parece algo nimio. Tras su positivo por trazas ínfimas de clembuterol en la muestra que le fuera tomada el 21 de julio de 2010 en Pau (Pirineos franceses) en pleno Tour, atribuida por el ciclista y su equipo a una carne contaminada, comenzó un proceso que por momentos tuvo visos surrealistas.

Tras haber sido blanqueado por su propia federación (RFEF), el 6 de febrero de este año, el Tribubal Arbitral del Deportes (TAS) dio la razón a la UCI y a la AMA (Agencia Mundial Antidipaje) y lo suspendió por dos años con efecto retroactivo al 25 de enero de 2011, por lo que perdió sus títulos del Tour de Francia 2010 y del Giro de Italia, entre otros.

Para sacarse el mal sabor de boca, el corredor de Pinto, de 30 años de edad recién cumplidos, ganó la Vuelta a España una vez finalizó su sanción, su éxito más destacado en la nueva etapa.

Por otra parte, el Giro de esta temporada fue ganado por el canadiense Ryder Hesjedal, también una ‘première’ para su país, a quien escoltó el español Joaquim ‘Purito’ Rodríguez, líder hasta la penúltima etapa, quien tuvo una muy buena temporada 2012, al punto de finalizar primero en la clasificación de la UCI (WorldTour).

Asimismo, el belga Philippe Gilbert, gran animador del pelotón, se consagró campeón del mundo en ruta en el mundial disputado en la localidad holandesa de Valkenburg en setiembre, acompañado en el podio por el noruego Boasson Hagen y el español Alejandro Valverde.

Finalmente, entre los ciclistas más destacados que este año colgaron la bicicleta se encuentran el español Óscar Freire, tricampeón Mundial, el kazajo Alexander Vinokourov y el australiano Robbie McEwen.