Una cárcel del norte de México, que el martes registró un intento de fuga que dejó 24 muertos, fue vaciada en su totalidad con el traslado de medio millar de reos a otros penales de la región, una “medida cautelar” tomada por el gobierno federal.

“Producto de la evasión fallida, nueve custodios perdieron la vida, así como 15 de los reclusos”, informó el miércoles por la noche la Secretaría de Seguridad Pública de Durango (a unos 1.000 km de la capital mexicana), donde ocurrió el incidente, al dar un nuevo balance de víctimas.

Otros siete carceleros se encuentran gravemente heridos, precisó horas antes a la AFP Fernando Ríos, vocero de esa institución.

El penal de Gómez Palacio “fue vaciado totalmente por medida cautelar. Esta decisión fue tomada por la policía federal”, añadió el funcionario, quien precisó que un total de 500 presos fueron trasladados a otros penales de la región.

Por otro lado, una mesa de atención psicológica e información para familiares de los reos del penal fue instalada fuera de la cárcel, ante las escenas de desesperación y confusión que todavía se observaron este miércoles.

Un total de 137 reos habían sido trasladados el domingo desde esa cárcel a otros penales federales y se les incautaron diversos tipos de armas, teléfonos celulares y electrodomésticos. Según las autoridades, el intento de fuga “fue en reacción” a estas medidas.

Los escapes masivos se han vuelto recurrentes en las cárceles de México, un país que padece desde 2006 una incesante ola de violencia generada por el narcotráfico y los operativos militares antidroga, que provocaron al menos 60.000 muertes, según balances oficiales y de prensa.

Sólo en los últimos dos años, 521 presos huyeron en 14 evasiones masivas, algunos de ellos para unirse a los sangrientos cárteles de drogas, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Tras asumir, el presidente Enrique Peña Nieto prometió una reestructuración del sistema carcelario, mientras que el fiscal general, Jesús Murillo, aseguró que actualmente no está garantizada la reinserción social de los presos.

El intento de fuga del martes se frustró cuando los custodios accionaron una alarma al percatarse de la intención de los reos, indicó a la prensa el secretario estatal de Seguridad Pública, Jesús Rasso.

Inmediatamente después, los reos empezaron a disparar contra los carceleros y las torres de vigilancia, añadió el funcionario, aunque no dio detalles sobre la forma en la que se iban a fugar los reos.

Rasso también se negó a precisar el tipo de armas que los detenidos utilizaron contra los custodios y cómo las obtuvieron.

Los guardias fallecidos “no tenían armas” porque “al momento de estar en contacto con los internos” no las podían utilizar, explicó, antes de precisar que únicamente los agentes al exterior de la cárcel tenían autorización para portar armas.

La llegada de militares el martes por la tarde, que tomaron el control del penal, evitó la fuga, añadió el funcionario.