Los egipcios aprobaron por estrecha mayoría un polémico proyecto de Constitución defendido por el presidente Mohamed Mursi y sus seguidores en la primera vuelta de un referéndum, afirmaron este domingo los islamistas y un grupo de la oposición citando resultados oficiosos.

La votación tuvo lugar el sábado en diez gobernaciones, entre ellas El Cairo y Alejandría, y continuará el 22 de diciembre en las otras 17, después de semanas de manifestaciones rivales que en ocasiones degeneraron en actos violentos.

La oposición exigía la anulación del referéndum pero al final exhortó a votar “no”.

Los resultados oficiosos de la primera vuelta se basan en los recuentos suministrados por los responsables de los colegios electorales y parecen estar lejos de la abrumadora victoria esperada por los islamistas para acallar a una oposición ofensiva.

Los islamistas también contaban con una aplastante mayoría para recompensar a Mursi en su decisión de hacer aprobar el proyecto constitucional lo más rápidamente posible.

El domingo por la mañana, el Partido de la Libertad y la Justicia (PLJ) de Mursi aseguraba en su página web que el 56,5% de los electores había votado en favor de la Constitución.

La prensa egipcia también afirma que ganó el “sí”.

La principal coalición opositora, el Frente de Salvación Nacional (FSN), aseguró el sábado después del cierre de los colegios electorales que casi dos tercios de los votantes había rechazado el texto redactado por una comisión de mayoría islamista.

Pero uno de los principales integrantes de la coalición, el movimiento de la Corriente Popular, señaló el domingo por la mañana en su página oficial de Facebook que alrededor del 56% de los electores lo habían aprobado.

En las últimas 48 horas hubo enfrentamientos y actos violentos entre partidarios y adversarios del texto en El Cairo y en Alejandría.

El sábado por la noche la policía repelió un ataque a la sede del partido liberal Al Wafd en la capital.

Según los resultados preliminares, una mayoría votó en contra de la Constitución en El Cairo, bastión de la oposición.

La oposición laica, de izquierda y liberal denuncia el texto por considerar que favorece la interpretación rigorista del islam y ofrece pocas garantías para determinadas libertades.

Para los partidarios del “sí”, la adopción del texto dotaría al país de un marco institucional estable después de la convulsa transición registrada tras la caída de Hosni Mubarak en febrero de 2011.

Las semanas que precedieron la votación estuvieron marcadas por una grave crisis política que dividió al país y para muchos egipcios el referéndum se convirtió en una votación a favor o en contra de la todopoderosa cofradía de los Hermanos Musulmanes, de donde procede Mursi.

Los Hermanos Musulmanes y su partido movilizaron a su base para la campaña en nombre de la “estabilidad” y la “legitimidad”.

“La Constitución no es perfecta (…), pero es un paso hacia la democracia”, declaró a la AFP una joven votante que quiere mantener el anonimato.

“Hay muchas cosas en la Constitución con las que la gente no está de acuerdo, y no sólo los artículos sobre la religión”, afirmó, por el contrario, Sally Rafid, de 28 años.

Organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) expresaron sus reservas sobre el proyecto de Carta Magna.

Sea cual fuere el resultado, el camino elegido por Mursi afectará a la vida política del país, estima Isandr El Amrani, en un análisis para el European Council on Foreign Relations.

“Si gana el ‘no’, la presidencia de Mursi quedará completamente desacreditada y la presión para que dimita irá en aumento. Si gana el ‘sí’, es probable que no se detenga el movimiento de protesta, (y) podría radicalizarse”, añadió.

La oposición acusó a los Hermanos Musulmanes de intentar “amañar” el referéndum y advirtió que sólo reconocería los resultados si la votación era transparente.