Con lágrimas en los ojos, el presidente estadounidense, Barack Obama, sumido en una “abrumadora pena”, calificó este viernes de “crimen atroz” la masacre en una escuela primaria de Connecticut (noreste), y prometió una “acción significativa” para poner fin a este tipo de tragedias.

“La mayoría de aquellos que murieron hoy eran niños, preciosos niños pequeños de entre cinco y 10 años”, dijo Obama, que lamentó que perdieron “toda una vida por delante: cumpleaños, graduaciones, casamientos, hijos propios”.

Señaló además que “no reacciono como presidente, sino como un padre. Sólo eran niños”, indicando además que “nuestros corazones están devastados por los familiares de los menores que murieron en esta tragedia y también nuestros corazones están con los sobrevivientes”, añadió el Presidente.

“Esta noche con Michelle haremos lo que mejor sabemos hacer: abrazar a nuestra hijas y decirles que las amamos”, afirmó.

Al finalizar su mensaje, Obama llamó a todos los estadounidenses a evitar estas tragedias y comunicó que habrán 4 días de duelo nacional.