La supuesta profecía maya del “fin del mundo” el 21 de diciembre vaticina para balnearios mexicanos como Cancún (este) una masiva llegada de turistas, mientras que sitios arqueológicos como Chichén Itzá se preparan para recibir a miles de visitantes nacionales y extranjeros.

En Cancún, localizado en Quintana Roo, uno de los cinco distritos mexicanos donde se desarrolló la cultura maya, los hoteleros hacen cuentas y concluyen que la ocupación para diciembre estará cerca del 90%, un alivio para este destino afectado por la crisis mundial desencadenada en 2008.

La expectativa del “fin de una era”, como se promociona en Cancún el 21 de diciembre, “definitivamente ha beneficiado al destino pues los índices actuales representan al menos 9% por arriba del indicador logrado el año anterior”, dijo a la AFP Rodrigo de la Peña, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún.

Este destino, junto con la Riviera Maya, resulta estratégico para la promoción turística a propósito del “fin del mundo” debido a su cercanía (188 km) del sitio arqueológico de Chichén Itzá, donde se localiza la monumental pirámide maya de Kukulkán.

En Chichén Itzá, en el estado de Yucatán, se espera la mayor afluencia de visitantes nacionales y extranjeros para esos días y para el 21 de diciembre está programada una gran ceremonia denominada “Fin de la Cuenta Larga Maya”, en la que se presentarán distintos rituales prehispánicos.

Los hoteles de Cancún lanzaron una campaña de promoción de paquetes para la tercera semana de diciembre que incluyen visitas a Chichén Itzá o a Tulum, balneario que cuenta con su propio sitio arqueológico, o al parque natural de Xcaret.

A nivel oficial, desde el estatal Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH), custodio de los sitios arqueológicos, se preparan conferencias y eventos, con el fin de divulgar el legado de los mayas restando valor a las visiones catastrofistas.

“Cualquier campaña publicitaria que lanza la secretaría de Turismo es consultada con nosotros”, comentó a la AFP José Luis Romero, arqueólogo del INAH destacado en el Museo Regional de Antropología Carlos Pellicer Cámara, en Villahermosa, en el estado de Tabasco (sureste).

Este museo alberga el Monumento 6, la estela (piedra tallada) de la que parte la supuesta profecía del “fin del mundo” pero que en realidad no se ocupa de vaticinios sino que se limita a narrar la vida de un gobernante de la región, con una mención a una fecha equivalente al 23 de diciembre de 2012 y no al 21 como se ha explotado comercialmente.

“Queremos ir más allá de las manipulaciones que desde el cine y algunos novelistas han hecho de la cultura maya y de que se va a acabar el mundo. Buscamos difundir el conocimiento de los mayas en matemáticas, en astrología”, comentó a la AFP una fuente del INAH, que en los próximos días lanzará un amplio programa de actividades sobre el tema.

En Tabasco se realizarán ceremonias y conferencias bajo el lema “Baktun 13: una nueva era comienza”, mientras que en Tapachula, Chiapas (sur), en la frontera con Guatemala, cerca de un sitio arqueológico donde un enorme reloj marca la cuenta regresiva hacia el 21 de diciembre.

Estos dos distritos también esperan la llegada de turistas, en su mayoría mexicanos, durante esas fechas.

Entre los mexicanos, la supuesta profecía es tomada con humor, principalmente cuando se registran fuertes sismos como los marzo pasado o el de la semana pasada, que son evocados como “ensayos” de los mayas para el fin del mundo.

El propio presidente Felipe Calderón ha hecho bromas con esta fecha ya que justamente el 1 de diciembre concluye su mandado de seis años.

“Mi gobierno concluye dentro de pocos días. No ciertamente, acorde con la profecía maya, que augura el fin del mundo”, dijo durante la cena de jefes de Estado de la cumbre de las Américas de Cádiz.