El presidente de Bolivia, Evo Morales, llamó este sábado a Chile a dejar de lado “posiciones conservadoras” y a avanzar en negociaciones que permitan a su país una salida al Pacífico, al tiempo que advirtió que si no hay acuerdo puede recurrir a la justicia internacional.

“Reitero el llamado sincero al gobierno chileno para deponer posiciones conservadoras, por el bien de nuestros pueblos”, dijo Morales durante la sesión plenaria de la XXII Cumbre Iberoamericana organizada en la ciudad española de Cádiz.

Morales denunció el “injusto enclaustramiento” de su país, en una situación que, según afirmó, “no solamente impide cerrar heridas que dañan las relaciones en la región, sino que también constituye un obstáculo para una verdadera integración de nuestros países”.

El gobierno de Chile “cierra filas cuando se trata del reclamo boliviano, argumentando que los tratados son intangibles”, afirmó el jefe de Estado boliviano, al tiempo que calificó de “impuesto e injusto” el acuerdo que otorga a Chile los puertos del Pacífico.

“Bolivia nunca va a renunciar al diálogo y por eso hemos llamado al gobierno chileno a reparar”, aseguró Morales en una posterior rueda de prensa.

No obstante, “si no hay solución, como cualquier país tiene derecho a apelar a los tribunales internacionales”, agregó, recordando que ya Perú llevó un diferendo con Chile ante la corte internacional de La Haya.

A su turno, el presidente Sebastián Piñeira se limitó en su discurso ante el plenario a comentar que la cuestión debe ser objeto de conversaciones bilaterales, y no de un ámbito multilateral como la Cumbre Iberoamericana.

Morales también agradeció a los países participantes en la cita de Cádiz su “permanente apoyo, en los comunicados especiales donde se reconoce al masticado de la hoja de coca, como un patrimonio ancestral que debe ser preservado”.

“En Bolivia no hay una cultura de consumo de cocaína, pero sí de la hoja de coca, que en su estado natural no hace daño al ser humano”, afirmó el presidente en la rueda de prensa, afirmando que pese a todo su país se dispone a destruir 10.000 hectáreas de cultivo de coca este año.