En una caminata por esta reserva de la selva tropical atlántica en el sur de Brasil, el biólogo Michael Garey recuerda la suerte que tuvo el día de su cumpleaños en 2007, cuando se topó con lo que resultó ser una nueva especie de rana de tres dedos.

“Estaba haciendo una investigación con dos amigos en la cima de una colina de la reserva cuando nos topamos con esta ranita de tan sólo tres dedos”, contó Garey a un pequeño grupo de periodistas esta semana en una gira por Salto Morato, una reserva natural en el estado de Paraná (sur) que pertenece al líder de los cosméticos brasileños O Boticario.

“Sucedió el 14 de febrero de 2007: mi cumpleaños. ¡Qué regalo!”, recordó.

Pero recién en junio pasado el descubrimiento de esta nueva especie -bautizada Brachycephalus tridactylus- fue oficialmente establecida y publicada en Herpetologica, una revista trimestral internacional sobre el estudio y la conservación de anfibios y reptiles.

“Desde comienzos de 2011 me llevó 18 meses recolectar siete de estas nuevas ranas, ir a museos y compararlas con otras especies, darme cuenta de que eran nuevas, escribir mi artículo y que fuera publicado en la revista”, dijo Garey.

La diminuta Brachycephalus tridactylus fue encontrada a una altura de 900 m por encima del nivel del mar. Su característica más especial es la ausencia de un cuarto dedo, que Garey atribuye a un proceso evolutivo más que a efectos ambientales.

Es casi toda naranja y mide menos de 1,5 cm de largo, también tiene pequeñas manchas y lunares regulares de color oliva y gris en varias partes de su cuerpo.

Garey dijo que el macho hace unos 30 llamados para intentar reproducirse cada día. Por ahora no puede estimar cuántas de estas ranas hay en la reserva, pero planifica hacerlo en una futura investigación.

La nueva rana es parte de las 43 especies de anfibios encontrados en esta reserva de 2.253 hectáreas en Guaraquecaba, la ciudad más al este de Paraná.

Los expertos estiman que hay 950 especies de anfibios en Brasil y más de 6.700 en el mundo.

Los anfibios -animales de sangre fría como ranas, sapos, salamandras- están cada vez más amenazados por el cambio climático, la contaminación, y la emergencia de una enfermedad fúngica infecciosa, que ha sido vinculada al cambio climático, advierten.

Un tercio de las casi 6.700 especies conocidas están clasificadas como amenazadas con extinción, según la Evaluación Mundial de Anfibios, un extenso estudio de estas especies en el mundo. Y se cree que más de 120 de ellas se han extinguido desde 1980.

La compleja vida de las ranas

Comprender el complejo ciclo de vida de las ranas -pasan parte de su vida en agua y parte en tierra- es crucial porque puede servir como “bioindicador de calidad ambiental”, dijo Garey.

“Tienen la piel permeable, lo cual las torna más susceptibles a la radiación ultravioleta, y su temperatura corporal cambia con el ambiente”, explicó.

“Como larvas en el agua, se alimentan de varios organismos como algas, y como adultos comen insectos. Las larvas también son comidas por peces mientras los adultos son comidos por cobras y mamíferos”, añadió. “Tienen un efecto cascada en la cadena alimenticia”.

Garey puede reconocer las diferentes especies sólo con escuchar los distintos llamados a la procreación del macho.

El interés de Garey por la biología comenzó cuando tenía 10 años.

Hoy finaliza su doctorado en la Universidad del Estado de Sao Paulo (UNESP) en Sao Jose do Rio Preto.

Su investigación es financiada por la Fundación Boticario, una ONG que ha auspiciado 800 proyectos de conservación, incluidos programas de investigación y educación ambiental en todo el país.

Salto Morato, creada en 1994, protege una parte significativa de la decreciente selva tropical atlántica de Brasil. En noviembre de 1999, la reserva fue declarada monumento natural por parte de la UNESCO.

fundacaogrupoboticario.org.br

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