El asesinato el martes del rapero Elíder Varela, más conocido como “El Duke”, en un conflictivo barrio de Medellín causó conmoción en esta ciudad del noroeste de Colombia, donde otros siete cantantes activistas por la paz han muerto en los últimos dos años.

La estrella del pop Juanes y Sergio Fajardo, gobernador del departamento de Antioquia, condenaron de inmediato el homicidio de Varela, quien era miembro de una campaña de artistas que busca alejar a los jóvenes del crimen organizado.

“Comuna 13, estoy con ustedes .. Lamentando profundamente el asesinato de Duke”, escribió en su cuenta de Twitter Juanes, quien ha colaborado con esta campaña de activistas de su natal Medellín, capital de Antioquia.

La madrugada del martes, desconocidos dispararon contra Varela cuando caminaba por la comuna (barrio) 13, explicó a medios su esposa, Carol López.

Una decena de organizaciones sociales y comunitarias locales responsabilizaron del crimen a los “grupos armados” que operan en ese barrio, uno de los más violentos y deprimidos de Medellín, la segunda ciudad de Colombia.

Duke, de 31 años, fue asesinado “por quienes le temen al arte y bajo la mirada indolente de quienes se supone deben protegernos”, subrayaron en un comunicado conjunto, que también respaldó la Fundación Mi Sangre, liderada por Juanes en favor de los niños y jóvenes afectados por la violencia en Colombia.

En cambio, autoridades y algunos compañeros de Duke creen que el homicidio no fue producto de sus letras ni de su activismo social.

El comandante de la policía metropolitana de Medellín, Yesid Vásquez, dijo a la prensa que el cantante era respetado por los grupos criminales y narcotraficantes que ejercen un gran control territorial en el barrio.

El principal sospechoso del crimen, de acuerdo con Vásquez, es un hombre que hace un mes robó en la vivienda del rapero y que, al ser después descubierto, empezó a amenazar a “El Duke”.

El rapero “Jeihhco”, otro conocido activista local, dijo a la AFP: “Este ataque no es algo concreto contra nuestro colectivo, sino que se enmarca en la violencia que sufre Medellín. En los últimos dos años han sido asesinados ocho raperos pero también más de 1.000 jóvenes”.

“Era un hombre entregado al deseo de hacer buen hip hop. Su grito de batalla era: ‘En la 13 la violencia no nos vence’”, describió “Jeihhco” a su compañero fallecido.

Al atardecer, cientos de habitantes de la comuna 13 se congregaron a las puertas de la iglesia de El Salado, donde encendieron velas en memoria del cantante y entonaron temas de hip hop.

“El Duke” había participado en la creación de un festival de hip hop en la comuna y era profesor en una escuela de ese estilo musical para niños.

“Para muchos Duke es alguien más que muere, que matan, un número más en las estadísticas. Para nosotros, en Mi Sangre, es un pedazo del alma que parte”, recalcó la fundación de Juanes, que reclamó el esclarecimiento del crimen.