Un atentado con coche bomba perpetrado este domingo contra una iglesia católica en Kaduna y las represalias de cristianos causaron al menos 10 muertos, incluido un hombre quemado vivo, y 145 heridos en esta ciudad del norte de Nigeria, blanco de ataques del grupo islamista Boko Haram.

El atentado dejó al menos siete muertos, según una fuente oficial. Y otras tres personas perdieron la vida en las represalias.

Armados de machetes y palos, unos jóvenes cristianos arremetieron en Kaduna contra personas que consideraban musulmanas, dando rienda suelta a su ira ante los reiterados ataques contra iglesias de los últimos meses.

Grupos de cristianos golpearon a un taxista en un ciclomotor, le quitaron el vehículo, se lo echaron encima, lo rociaron de gasolina y lo quemaron vivo. Un responsable de los equipos de rescate confirmó la muerte del taxista y afirmó que no le habían podido salvar la vida porque los agresores eran muy violentos.

Los cuerpos de los otros muertos, aparentemente a manos de la muchedumbre enardecida, yacían cerca de la iglesia.

“Por el momento, tenemos ocho muertos y 145 heridos debido a la explosión contra la iglesia” Santa Rita, declaró Musa Ilalá, coordinador regional de la Agencia Nacional de Socorrismo de Emergencia. Añadió que el kamikaze figuraba entre los muertos.

“Varios heridos, según él, fueron trasladados a hospitales”.

Antes, el portavoz de salvamento nigeriano declaró que un kamikaze había intentado empotrar su coche bomba en la iglesia durante el oficio religioso pero parecía haber tropezado con una barrera.

Pero unos testigos aseguran que el kamikaze siguió conduciendo tras haber tropezado con la valla y prosiguió su camino hasta el interior del templo.

“De repente aceleró a toda velocidad y se empotró con el muro de la iglesia, avanzando en su interior”, contó un testigo, Samuel Emmanuel.

“Enorme explosión”

“Primero pensé que el conductor había perdido el control del vehículo. De repente, hubo una enorme explosión cuando el vehículo llegó al edificio. Había polvo, fuego y humo por todas partes”, contó.

En las calles de Kaduna, un periodista de la AFP vio a personas, algunas de ellas armadas con machetes, gritando “¿por qué la iglesia?”, mientras responsables locales pedían calma.

La explosión se produjo en el barrio Malali en Kaduna, blanco en el pasado de ataques atribuidos a Boko Haram.

Esta explosión conmocionó a los habitantes de Kaduna, golpeada por actos violentos atribuidos a este grupo radical islamista.

El nuevo atentado, que no fue reinvindicado, coincidió con la fiesta musulmana del Sacrificio.

En junio, Boko Haram – que quiere instaurar la charia (ley islámica) en el norte del país, reivindicó la autoría de tres ataques suicidas contra iglesias en el estado de Kaduna, donse se encuentra la ciudad homónima. A raíz de ellos se produjeron disturbios que acabaron con la vida de decenas de personas.

Los atentados de Boko Haram en el centro y el norte de Nigeria y la represión causaron más de 2.800 muertos desde 2009. La violencia se concentró sobre todo en el estado de Borno, donde se fundó Boko Haram.

País más poblado de África, Nigeria cuenta con 160 millones de habitantes, de los que la mitad son musulmanes.

El presidente nigeriano Goodluck Jonathan declaró recientemente que el grupo intentaba desatar un conflicto entre las dos religiones.

Varios líderes de la iglesia evangélica sostienen que los cristianos se ven obligados a defenderse a sí mismos si no se hace nada por poner fin a los ataques sangrientos.