Cuatro días después que anular las siete victorias de Lance Armstrong en el Tour de Francia, la Unión Ciclista Internacional (UCI) debe decidir este viernes si redistribuye esos triunfos u opta por dejar vacío el palmarés de la prueba entre 1999 y 2005.

El presidente de la UCI, el irlandés Pat McQuaid, convocó para el viernes por la tarde en un lugar secreto una reunión extraordinaria de su comité director, formado por una veintena de miembros, entre ellos el expresidente de la UCI en la época de Armstrong y actual presidente de honor de la federación, el holandés Hein Verbruggen.

El director del Tour de Francia, Christian Prudhomme, ya ha manifestado su deseo que de el palmarés quede en blanco, pero la decisión final debe ser adoptada por la UCI.

La carrera francesa ya ha visto modificados varios de sus podios en los últimos años por casos de dopaje.

El estadounidense Floyd Landis acabó vestido de amarillo el Tour de 2006, pero actualmente el ganador oficial es el español Óscar Pereiro, tras el positivo del corredor norteamericano.

Un caso similar se produjo en 2010, cuando el luxemburgués Andy Schleck acabó segundo en la prueba, a 38 segundos del español Alberto Contador, pero fue posteriormente proclamado vencedor tras un positivo por dopaje del ‘Pistolero’.

En el caso de la era Armstrong la situación es diferente. Los sucesivos escándalos que estallaron en los últimos años, ya fuera la Operación Puerto en España o el caso del T-Mobile en Alemania, revelaron que gran parte de los corredores que compitieron con el estadounidense (como Jan Ulrich, segundo en 2000, 2001 y 2003, o Ivan Basso, segundo en 2005) pedalearon a golpe de transfusión sanguínea, igual que el ‘Boss’.

Para evitar nuevas críticas, la UCI tiene interés en dejar el palmarés en blanco, pero además de las carreras en las que tiene responsabilidad, deberá decidir también qué pasa con la medalla de bronce en contrarreloj ganada por el texano en los Juegos Olímpicos de Sídney-2000.

Otro asunto que afecta directamente a Armstrong es el reembolso de las primas logradas en carrera. El Tour de Francia quiere recuperar el dinero otorgado al corredor como vencedor de siete ediciones, apelando al propio reglamento de la UCI: “Cuando un corredor pierde el puesto que le ha supuesto un premio, debe reembolsar”, recordó Prudhomme.

Además del de Armstrong, la UCI deberá estudiar los casos de sus excompañeros, como George Hincapie, Levi Leipheimer, Christian Vande Velde y David Zabriskie, que aceptaron testificar ante la Agencia Antidopaje Estadounidense (Usada) a cambio de una reducción de su suspensión a seis meses.

Antes de su declaración ante la Usada contra Armstrong, estos corredores nunca habían confesado haberse dopado y la UCI puede trasladar el caso al Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), aunque su veredicto no afectará mucho a Hincapie, quien a sus 38 años acaba de poner fin a su carrera ciclista.

Acosada por las críticas y los llamados a la dimisión, que se han multiplicado desde la publicación del informe de la Usada sobre las prácticas dopantes en la época de Armstrong, la dirección de la UCI no escapará a un examen de conciencia colectivo.

La federación, que se ha comprometido “a reexaminar el marco en el que el deporte evoluciona con el fin de garantizar que una situación así no vuelva a reproducirse jamás”, deberá enviar una señal fuerte. McQuaid ha prometido avanzar algunas ideas. Falta ver su contenido.