El presidente de Bolivia, Evo Morales, exigió este martes una justicia libre de influencias políticas y económicas y “especialmente una independencia del imperio norteamericano”, según afirmó en el acto de posesión del nuevo fiscal general.

“Quisiéramos una justicia que tenga independencia política, económica y, quiero decir, especialmente una independencia del imperio norteamericano”, planteó Morales en la ceremonia en la que el jurista Ramiro Guerrero asumió como nuevo fiscal, tras haber sido elegido por dos tercios de los votos en el Congreso.

Morales, un tenaz adversario de las políticas de Washington, basó su solicitud en que en el pasado “había fiscales pagados por la embajada de Estados Unidos”.

Por eso “hay que cambiar la imagen de la justicia. ¿Cómo se cambia eso?, no puedo entender todavía, hay un bufete de abogados defensores de narcotraficantes, de contrabandistas y corruptos”, deploró.

Morales instó también a Guerrero -de quien la oposición asegura que es afín al gobierno- a cumplir a cabalidad “la responsabilidad del fiscal”.

“Si alguien demanda con argumentos, con verdades a Evo Morales, ¡procéseme, doctor Guerrero!, no quiero ningún favor, ni para el presidente ni para el vicepresidente, a ninguno de la justicia hemos pedido que nos ayuden, jamás”, señaló en aparente afán de desvirtuar las acusaciones de que el Ejecutivo digita la justicia.

“Usted tiene la obligación, si hay una demanda con pruebas contra Evo Morales, tiene que procesarme; si no, voy a dudar de su capacidad profesional y de su cargo”, remachó.

A raíz de la elección en el Congreso, los opositores se acusan mutuamente de haber facilitado la designación de Guerrero.

“Nueve (congresistas) funcionales al gobierno dijeron que iban a votar en blanco y luego votaron por Guerrero”, denunció el opositor Willman Cardozo, quien a su vez es acusado de favorecer con su ausencia del Parlamento la elección del fiscal.