El presidente Barack Obama y su rival republicano Mitt Romney chocan este lunes en el último debate en la carrera hacia la Casa Blanca, en momentos en que las encuestas los muestran cabeza a cabeza a dos semanas de las elecciones del 6 de noviembre.

El duelo de 90 minutos, enfocado en política exterior, tendrá lugar a partir de las 18H00 de Chile (01H00 GMT del martes) en el Estado de Florida (sureste), uno de los más disputados.

A pocas horas del debate, el tercero entre los candidatos a la presidencia, una encuesta de NBC/Wall Street Journal mostró que tanto Obama como Romney reciben un 47% de intención de voto entre las personas dispuestas a votar.

“Este debate será de gran importancia”, auguró Dan Gelber, un ex senador estatal de Miami Beach, Florida, que trabaja para la campaña de Obama.

“Tenemos acá muchas comunidades para las cuales es importante la política exterior, especialmente en el sur de Florida, donde hay comunidades judías, cubanas, haitianas e hispanas”, señaló Gelber.

Los candidatos de seguro discutirán sobre la seguridad en Libia, cómo contener las aspiraciones nucleares de Irán, la guerra civil en Siria, el fin de la guerra en Afganistán y el avance de China.

Pero también, dado el escenario, podrán tocar temas relacionados con América Latina, como la política hacia Cuba o el comercio.

Esta será la mejor oportunidad para Romney, ex gobernador de Massachusetts, de recuperarse tras pasos en falso en política exterior, como cuando criticó el manejo de Obama del ataque del pasado 11 de septiembre al consulado de Estados Unidos en Bengasi, Libia, en el que murieron cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador.

Romney, un empresario que se muestra más confortable hablando de economía, insistirá en que el ataque en Libia y la reciente violencia antiestadounidense en Medio Oriente son señales de que la política exterior de Obama se está “deshaciendo ante nuestros ojos”.

Pero Obama tampoco las tiene todas consigo: según un sondeo del instituto Pew Research Center, el presidente aventaja en 4 puntos a su contrincante republicano en política exterior, una distancia mucho menor a los 15 puntos de hace un mes.

La misión de Obama será recordar a los estadounidenses sus éxitos, como haber finalizado la impopular guerra en Irak o haber acabado con Osama bin Laden, mientras tratará de mostrar a Romney como una persona sin experiencia.

EL PESO DE LA ECONOMÍA

Pero en el debate de seguro se colará la economía, la principal preocupación de los estadounidenses.

“Creo que lo mejor que podemos hacer como país en cuanto a la política exterior, es reforzar nuestra economía”, opinó el domingo el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, que fue jefe de gabinete de Obama.

Romney ha insistido en que una economía robusta a nivel local proyecta a su vez un liderazgo internacional fuerte.

Aparte del ataque al consulado en Libia, el otro tema que probablemente dominará el debate será el programa nuclear de Irán.

Romney ha acusado a Obama de tener una postura débil frente a Teherán, lo que a su juicio ha envalentonado a la república islámica.

El fin de semana el diario The New York Times reportó que según funcionarios estadounidenses, Irán estaba dispuesto a sostener negociaciones directas con Washington.

La Casa Blanca desmintió la información, pero líderes republicanos la usaron para pedir a Obama que no tome acciones que puedan irritar a los aliados de Estados Unidos que han trabajado a su lado para tratar de detener el programa nuclear iraní, que según las potencias occidentales busca una bomba atómica.

“Si la historia es fidedigna, da la impresión de que Estados Unidos está tomando la postura de deshacerse de sus aliados”, dijo el domingo el senador Rob Portman. “Lo último que podríamos desear es abandonar a nuestros aliados y entablar una negociación cara a cara”, expresó.

A pocas horas del debate, el presidente Obama se apuntó un tanto importante este lunes, al recibir el respaldo del diario Los Angeles Times, que afirmó que el mandatario ha mostrado un “liderazgo firme” que le haría merecedor de un segundo mandato.

Luego de que en el primer debate los dos candidatos hablaron de pie desde sendos podios y en el segundo recibieron preguntas directamente del público, en este último duelo estarán sentados en una mesa junto al moderador de la discusión, Bob Schieffer de la cadena CBS.