Siete años después de la séptima y última ocasión en que desfiló con el ‘maillot’ amarillo por los Campos Elíseos de París, Lance Armstrong fue desposeído oficialmente este lunes de su palmarés del Tour de Francia por la Unión Ciclista Internacional (UCI).

La UCI, ansiosa por pasar página a años negros de dopaje masivo en el seno del pelotón, retiró las siete victorias en el Tour a Lance Armstrong, tras analizar el informe de la Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA), que acusa al corredor texano de recurrir a sustancias prohibidas de forma sistemática.

Armstrong, ahora retirado, había ganado el Tour de Francia de 1999 a 2005, pero solo siete años más tarde fue inculpado de dopaje por la USADA, basándose sobre todo en testimonios detallados de once de sus excompañeros.

“Armstrong no tiene lugar en el ciclismo”, declaró el presidente de la UCI, el irlandés Pat McQuaid, en una rueda de prensa realizada este lunes en un gran hotel de Ginebra, precisando que el viernes se tomará una decisión sobre reasignar o no los tres primeros puestos de los Tour de Francia de 1999 a 2005.

Aunque la dirección del Tour de Francia ya expresó su deseo de no designar nuevos vencedores para estos siete Tours de Francia.

Antes, Pat McQuaid había calificado la jornada como de “muy importante para el ciclismo”. Esta vez, el caso Armstrong está archivado, desde un punto de vista deportivo al menos.

“La UCI no apelará al Tribunal Arbitral del Deporte” y va a privar a Lance Armstrong de sus siete victorias en el Tour de Francia, declaró McQuaid, que llegó a la presidencia del organismo en 2005, unas semanas después del último triunfo en París del norteamericano.

El presidente de la UCI, “asqueado (…) como ciclista salido de una familia de ciclistas” tras la lectura del informe de la USADA, insistió sin embargo sobre el hecho de que “no tengo intención de dimitir” pese a las críticas a su federación.

“La UCI niega formalmente” haber encubierto controles positivos de Lance Armstrong, declaró el irlandés, rechazando las acusaciones lanzadas contra el organismo por testimonios de excompañeros del texano con respecto al Tour de Francia de 1999 y la Vuelta a Suiza en 2001.

Con este veredicto de la UCI, saldando “la más grave crisis a la que se ha enfrentado el ciclismo”, según las palabras de McQuaid, el vencedor del duelo Tygart-Armstrong es conocido.

Travis Tygart, el floridano al frente de la agencia antidopaje de su país, ha ganado el pulso al texano, amigo personal de George W. Bush.

La UCI confirmó las sanciones pronunciadas en agosto pasado por la USADA que le suspendió de por vida y le privó de sus resultados durante la mayor parte de su carrera.

Armstrong, que tiene en la actualidad 41 años, se retiró definitivamente del ciclismo profesional a principios de 2011.

En su informe de 202 páginas, acompañadas de otras 1.000 de testimonios y estudios, publicado el 10 de octubre, la USADA acusaba a Armstrong de haber “montado el programa de dopaje más sofisticado de la historia del deporte”.

El héroe superviviente a un cáncer de testículos quedará oficialmente en la historia como un ciclista que se dopaba con eritropoyetina (EPO), transfusiones sanguíneas y píldoras de testosterona.

Tras haber intentado acabar con la investigación de la USADA en los tribunales civiles hace unos meses, clamando por su derecho a un proceso justo, Lance Armstrong había definitivamente tirado la toalla el 23 de agosto. “Hoy, paso la página”, declaró el exciclista en su cuenta Twitter que cuenta con 3,7 millones de “seguidores”.

Lejos de Ginebra, en su casa de Austin, en Texas, o tal vez en su lujoso chalet de Aspen, en Colorado, Armstrong no había todavía reaccionado este lunes tras el veredicto de la UCI. Y su cuenta Twitter está muda desder el 17 de octubre.

Rey destronado, Lance Armstrong corre el riesgo de encontrarse completamente abandonado. La semana pasada, tres de sus patrocinadores, entre ellos Nike, le dejaron. Y tuvo que alejarse de la presidencia de su fundación Livestrong contra el cáncer.

Sus procesos por perjurio podrían incluso llevarle a los tribunales, por haber mentido en la investigación federal por dopaje que se llevaba contra él.

“He estado mejor, pero también peor”, había dicho el domingo, ante 4.300 ciclistas llegados a Austin para una carrera de aficionados en favor de su asociación. En un discurso de 90 segundos. Fue su última intervención pública.