El presidente francés, François Hollande, recalcó este viernes la “gravedad excepcional” de la crisis económica actual y anunció la rápida concreción de reformas prometidas durante la campaña electoral, en particular en materia de empleo.

“Mi deber es decirle la verdad a los franceses. Estamos ante una crisis de una gravedad excepcional, una crisis larga que dura desde hace más de cuatro años y ninguna potencia económica, ni las emergentes, está a salvo”, dijo Hollande en un discurso en Chalons-en-Champagne (este).

“El crecimiento se ralentiza en todas partes y los precios de las materias primas, de los cereales, por razones tanto climáticas como especulativas, pero también el petróleo, aumentan”, explicó el mandatario francés.

En este contexto, “la urgencia es el empleo”, afirmó, en momentos en que hay cerca de tres millones de desempleados en Francia.

Así, Hollande anunció que los primeros “empleos de futuro” podrán crearse a partir de principios de octubre.

Los contratos conocidos como “empleos de futuro” están destinados en prioridad a los jóvenes de entre 16 y 25 años sin ningún título o poco cualificados, residentes en barrios empobrecidos y zonas rurales en las que el desempleo juvenil es superior a la media.

Entre los 120.000 jóvenes que salen cada año del sistema escolar sin diploma, la tasa de paro supera el 40%.

En el presupuesto de 2013 está prevista una partida de 2.300 millones de euros para estos empleos. El Estado subvencionará durante un período de uno a tres años estos contratos, indefinidos o temporales, en general a tiempo completo y concentrados en “actividades de futuro” como la ayuda a las personas, la tecnología digital, o el turismo.

En nombre de “la batalla del empleo”, como la ha bautizado el gobierno del primer ministro socialista Jean-Marc Ayrault, el objetivo es que se firmen 150.000 contratos de este tipo antes de 2014.

Además, el gobierno habrá de presentar “en los próximos días” a los sindicatos y las representantes patronales el proyecto de “contratos de generación”.

Se trata de un plan más ambicioso de creación de 500.000 empleos subvencionados, consistente en la contratación de jóvenes y el mantenimiento de trabajadores de más de 55 años en la misma empresa.

Hollande también prevé “anticipar las reestructuraciones” de empresas, para lo cual también impulsará negociaciones entre sindicatos y representantes de los empresarios a partir de septiembre.

No obstante, el líder del partido UMP, Jean-François Copé, que apoyó la gestión del expresidente Nicolas Sarkozy (2007-2012), calificó de “vacío” el discurso de Hollande.

Según él, los franceses “están preocupados por el aumento del desempleo. Esperaban una visión estratégica clara, medidas concretas y un calendario preciso. (Pero no hubo) nada de todo esto”, agregó.